Hoy os voy a contar un precioso cuento chino con moraleja que
contaba yo a mis niños en clase.
-Hace muchísimos años vivía en un país muy lejano, un rey muy poderoso
aficionado a la cetrería.
-El día de su cumpleaños recibió como obsequio dos pequeños halcones, así que se los llevó al
maestro de cetrería para que los entrenara .
-Al cabo de unos meses, pidió audiencia el
maestro cetrero para comunicarle que mientras uno de los halcones se
desarrollaba perfectamente y volaba cada día mejor y más seguro, mientras que
el otro aunque no parecía estar enfermo, no se había movido de la rama donde le
puso, desde el día que llegó.
-El rey comprendió su preocupación y mandó
llamar a curanderos y sanadores para que vieran si podían curar a su halcón,
pero no consiguió nada y ninguno de ellos consiguió hacerle volar.
- Entonces el monarca ofreció una gran
recompensa a cualquier persona que
hiciera volar a su halcón.
-Por la mañana
le dijeron que se asomara a los balcones de su palacio y viera como su
halcón volaba perfectamente , se posaba y volvía a volar entre las risas de sus
cetreros y de todos los criados de palacio.
-El rey ordenó que le trajeran a su presencia al
autor de ese milagro.
-Llevaron ante él, a un humilde campesino que
apenas se atrevía a mirar al monarca.
-El rey le preguntó: ¿Tú hiciste volar a mi
halcón?
¿Cómo lo lograste? ¿Acaso eres mago?.
-El campesino asustado susurró: “Fue muy fácil,
mi señor: sólo corté la rama y el halcón voló, porque se dio cuenta de que
tenía alas y que podía volar”.
-Buenas noches