-Todos hemos oído la historia de un Rey que estando muy enfadado, criticó con gran dureza a su consejero.
-El consejero, se encontró al salir del despacho con el alegre bufón de la corte, y apartándole de mala manera, le maldijo.
La alegría es contagiosa
-El bufón, regañó mucho a la doncella.
-La doncella despreciada, desdeñó al tranquilo mayordomo.
-El mayordomo, pateó al pobre gato que dormitaba al Sol.
-Ahora sabemos, que si bien las humillaciones son contagiosas, también lo son, los ánimos.
-Vamos a intentar reescribir nuestra historia, para que lancemos una cadena de amabilidad y buenos deseos, porque en el fondo de nuestro corazón, las cosas se cosifican como en la historia de: “La mejor escuela”.
-Dicen que hay una escuela en EE UU, que se ha hecho famosa, porque prácticamente no tiene ningún alumno suspendido que no pueda graduarse, y dicen que todo empezó un día en el que.
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-Un padre, al despedirse de su hijo, a la puerta de la escuela, como cada mañana, le dijo que se sentía tan orgulloso de él, como no creía que nadie pudiera sentirse.
-El hijo pasó un día muy feliz, y a la salida, le dijo al maestro, que se sentía muy feliz en su clase, que aprendía mucho, y que todo era gracias a él que era un gran maestro.
-El maestro, se puso contentísimo, y en una reunión del claustro de profesores, les contó lo que le había confesado su alumno, y les aconsejó que se esmeraran para conseguir que sus chicos, a la vez que aprendían , se sintieran felices.
-A partir de entonces, las notas de los chicos empezaron a mejorar y a mejorar, y la escuela se hizo famosa gracias a las recomendaciones de los alumnos “boca a boca”.
-Entonces, yo creo, que todos deberíamos intentar poner una sonrisa en nuestra vida, contaremos nuestros bienes en lugar de nuestros males, ya que sabemos a ciencia cierta que tenemos muchísimas más cosas buenas que malas.
-Buenas noches