-Tenemos
que perdonar a los que nos han hecho daño, pero no solamente porque somos
buenos y generosos, sino por salud mental.
-Si no perdonamos, estamos cargando toda la vida con un enemigo a la espalda.
-Cuando conseguimos perdonar a quien nos ha herido, empezamos a liberarnos echando fuera de nuestra alma el rencor, y la venganza que nos estaba consumiendo.
-Nos cuesta mucho trabajo superar las ofensas, pero el odio y la venganza
no conducen a ningún sitio, y solo consiguen envenenar nuestra vida.
-Una persona rencorosa que no es capaz de perdonar, queda atrapada en el pasado, y se pasa la vida repitiendo la misma película de ingratitud e injusticia, y acaba arruinando su vida.
-La gente enfadada
-Me impresionó muchísimo, cuando me enteré de que cuando recuerdas una situación que has vivido, el cuerpo reacciona de la misma manera que cuando ocurrió, reproduciendo los mismos sentimientos y las mismas sensaciones que cuando sucedieron.
- Esto es gravísimo, porque si te hicieron mucho daño, cada vez que te acuerdas, tu corazón latirá al galope, pudiendo sufrir un infarto, tus músculos están en alerta y te pondrás tenso, pudiendo tener un derrame cerebral o una angina de pecho.
– Buenas noches.