-Esta tarde, estaba haciendo mi bufanda con mucha ilusión,
cuando de pronto me he dado cuenta de que se me había escapado un punto.
- No sé cuándo pasó, pero tenía una gran carrera, que hacía feísimo.
- No sé cuándo pasó, pero tenía una gran carrera, que hacía feísimo.
- Primero he intentado subirle con el ganchillo, pero no me
quedaba bien; así que he tenido que deshacer una barbaridad. Me he acordado de
mi madre que cuando me enseñaba a hacer punto, cada vez que me confundía, me
decía: ¡Palomita hay que deshacerlo!, y a mi me daba una rabia………
-Cuando haciendo punto, cometes un error, no tienes más
remedio que deshacerle; porque si no, te queda una cosa mal hecha que desmerece
la labor.
-- Hacer punto, te enseña no solo a ver tu labor con un poco distancia, si no a tomar medidas,y cuando ves claramente que algo está mal hecho, lo deshaces para corregirlo y asunto arreglado.
-Las labores son muy buenas por muchos y muy diferentes motivos, y, las personas que hacen labores se acostumbran fácilmente a tener disciplina, y a desear que las cosas se hagan correctamente.
-- Hacer punto, te enseña no solo a ver tu labor con un poco distancia, si no a tomar medidas,y cuando ves claramente que algo está mal hecho, lo deshaces para corregirlo y asunto arreglado.
-Las labores son muy buenas por muchos y muy diferentes motivos, y, las personas que hacen labores se acostumbran fácilmente a tener disciplina, y a desear que las cosas se hagan correctamente.
-Hoy ha comido en
casa Marga, la amiga de Gema. Ha venido a ver cómo está quedando el cuadro que
ha encargado a Gema para la cabecera de su cama y se ha
quedado pasmada de lo precioso que está.
-Al verme tricotar, me ha dicho que la haría muchísima
ilusión aprender a hacer punto, pero que ella era muy torpe y que no sabía, que
siempre se lo habían dicho. Yo, nunca estoy de acuerdo en decir eso a los niños, porque no es verdad , así que la he contestado que no existe mal alumno si
hay un buen profesor……
- He dejado mi bufanda a un lado, he cogido un poco lana, la he hecho un ovillito blanco, y con unas
agujas gordas de plástico, y mucha paciencia, he empezado a enseñarla.
-Al principio todo eran risas, porque tenía que sujetar las dos agujas, echar la hebra, sacar
la hebra y tirar………..
- Esa era la retahíla con la que enseñaba yo a los niños en el
colegio hace mil años, y la verdad es que ha dado resultado, pues Marga ha
resultado ser muy buena alumna, ya que enseguida ha cogido el ritmo.
-Aprender cualquier cosa, es duro, pero ella se ha aplicado
mucho, y al ratito, ya estaba haciendo una tira de punto bobo todo del derecho,
y Gema y yo, hemos estado bromeando sobre que la vale como bufanda de la muñeca
Nancy.
-Ahora se va a su casa, pero hemos quedado en que volverá en
cuanto gaste la lana del ovillito blanco, para que yo la empiece una bufanda
negra con lana un poco gordita. Se ha ido contentísima, y me siento orgullosa
de haberla enseñado tan bien y tan rápido.
-Con todos mis 32 años de experiencia como profesora de
primaria, he llegado a la conclusión de que
cualquier aprendizaje está directamente relacionado con el interés, por
eso el secreto del buen profesor, está en ser capaz de interesar a sus alumnos
para que piensen que es estupendo saber hacer esto, o aquello, porque si tienen
interés, sus neuronas estarán alerta y aprenderán rápido como Marga a hacer
punto