Acabo de hablar con una amiga, y hemos terminado como
siempre hablando de nuestros hijos.
- Yo la he notado un poco seria; ya que ella es
normalmente muy alegre y dicharachera, y después de un ratito de insistirla, me
ha contado que tuvo unas palabras con su hijo, y que aunque la discusión en sí, fue una tontería, a ella la ha afectado tanto lo que la dijo,
que ha perdido el sueño.
- Cree que su hijo, la trató injustamente y con menosprecio.
-Las madres, sobre todo, si tenemos hijos con más de 30
años, que tienen su propia vida, pasamos a un segundo plano emocional muy
doloroso, porque, mientras todo les va bien, te dicen más o menos que no tienen
ningún problema, y tu a veces, notas que
están preocupados o tristes, que te
están ocultando algo, porque les conoces, pero no puedes decir nada porque
empiezan a decirte, que eres una pesada…..
Pero como algo les vaya verdaderamente
mal;, se te presentan en casa, y te sueltan todo de golpe, dejándote
angustiada.
-Hay que tener mucho cuidado con las palabras que se dicen
en un momento de arrebato, porque a veces, nos hacen mucho daño.
- Es curioso, que solemos ser mucho más cuidadosos con
nuestras palabras y con nuestros modales, al dirigirnos a personas extrañas o
ajenas, que cuando hablamos con nuestros seres queridos.
-Mi madre, que era muy lista, nos decía en broma, hay que tratar a la familia con la misma educación con la que tratas a tus amigos.....
-Yo, siempre he pensado que lo mejor de cada uno, se debe mostrar en casa, que no hay que ser más simpático con los extraños que con tu
familia; pero es muy curioso que la gente, en general, no actúa así, y no
les parece importante el tratar con cortesía a los suyos.
-Los hijos, se creen que sus madres, les pertenecen, que
siempre que la necesiten, va a estar allí, y que no importa si a veces , están
malhumorados , y no la atienden o no la tratan todo lo bien que deberían, que
hay confianza…..
-Me gustaría contarle al hijo de mi amiga, (al que conozco
desde niño), que está muy confundido, que su madre, no se ha endurecido con los
años, si no que se ha hecho muchísimo más blanda. Su madre, se emociona con sus
nietos, y celebra por todo lo alto, cuando terminan solitos toda su comida,
aprenden a hacer pompas, hacen una torre de cubos……
-Se ríen sin parar ante cualquier ocurrencia de los niños, y
lo cuentan en la peluquería.
-Su madre, puede curar una “pupa”, pasarse la noche
vigilando la fiebre, consolar a los
nietos, como hizo con ellos de pequeños, pero lo que no puede, es pensar que
critican lo que hace; porque todo el amor que les dedica, la dejan muy débil
para escuchar palabras injustas, dichas sin pensar ni reflexionar, y no se debe
olvidar: “Que la palabra suelta no tiene vuelta” .
-Las madres, encajamos muy mal que los hijos nos regañen gratuitamente, porque a menudo, es una falta de respeto,
dicha sin pensar en un momento de enfado.
-A las madres, hay que tratarlas con cariño y confianza, pero también con respeto, porque nosotras, nos
callamos doscientas cosas que opinamos que se podrían hacer de otra manera,
pero como ellos son sus padres, nos guardamos nuestra opinión doscientas veces.
-En nuestra época, jamás se nos ocurría regañar a nuestra
madre, y si la teníamos que decir algo, con lo que no estábamos de acuerdo, lo
hacíamos con todo el cuidado del mundo, y aunque sabemos que las relaciones han
cambiado, creo que el respeto, nunca se debe perder.
-Simplemente nos conformaríamos con que nos lo dijeran como
si fuéramos una persona extraña que les está visitando, porque seguro que
medirían sus palabras antes de pronunciarlas……
-Creo que los hijos que quieren a sus padres, tienen la
obligación de decírselo, y no darlo todo por hecho, y darse cuenta de que siempre están
allí cuando ellos les necesitan, aunque estén cansados u ocupados.
-Espero que el hijo de mi amiga, que es un buen chico, me
lea, y que esto le sirva para reflexionar, y disculparse con su madre, que es
una buena madre que le adora.