Anoche no pude pegar ojo, tenía asma, y respiraba tan mal,
que me tuve que levantar y marcharme a la salita, para sentarme a leer en un
sillón.
Esta tarde he ido al neumólogo, y me ha diagnosticado, asma;
me ha dicho que se me cierran los bronquios y que ventilo muy mal, me ha
cambiado un poco el tratamiento, pero lo que más me ha impresionado, es que me
ha dicho que tenga mucho cuidado con los disgustos y las preocupaciones, porque
son gravísimas para el asma, es más, asegura que son las dos cosas que lo
empeoran y lo agravan.
-No he podido explicarle a mi médico, que tengo muchas
preocupaciones, se, que mi carácter no es el idóneo para una persona asmática,
porque todo me preocupa y me quita el sueño.
-Sé que tengo que escuchar a mi cuerpo, porque es muy sabio,
y me está mandando avisos, desde hace muchos días, hasta que anoche me dijo:
-¡No puedo respirar!
-El cuerpo me lleva mandando señales de tos, de malestar, de
cansancio, y de incomodidad, y yo no le he hecho ni caso, y claro, se ha
hartado, y ahora me pasa la factura……
-Voy a dejar de reprocharme y empezaré ahora mismo a hacer
buenos propósitos que mejoren mi salud.
-En este momento, acabo de hacer unas cuantas respiraciones
para relajarme, y en cuanto acabe mi blog, voy a hacer un ratito de meditación,
para ponerme en contacto con mi conciencia, mi yo íntimo, ya que solo se puede
conectar estando absolutamente relajada.
-Voy a intentar obviar las opiniones de los demás, porque me
doy cuenta de que me producen un tremendo desasosiego.
-Intentaré que lo malo que me hagan no me afecte (cosa
bastante difícil).
-Pensaré las cosas un poco antes de decirlas, porque a veces
solo consigo que vean mi extrema
fragilidad ante los acontecimientos.
-No voy a juzgar a nadie, ni tampoco voy a permitir que sus
juicios me afecten.
-Pienso perdonar a todo el mundo, porque yo no soy quien
para juzgar ni para criticar, ya que el que reprende debe ser irreprensible,
que no es mi caso.
-No intentaré aconsejar ni cambiar al que no me pida consejo,
ni quiera cambiar.
-Voy a despedirme del turrón, mazapán, polvorones, y todo
ese montón de alimentos inadecuados, que me hacen sentirme tan llena, que
después de comerlos, respiro peor.
-Ya puestos a hacer promesas, pienso acostarme un poco
antes, porque merodeo mucho y al final me acabo acostando tardísimo.
-Esta noche voy a dormir muy bien, porque me acostaré ligera
habiendo soltado la enorme mochila de mis preocupaciones.