He estado charlando con un vecino en la calle
que me ha hecho reir, contándome lo que le está
pasando desde hace unos meses, pero luego, he estado reflexionando, y
creo que tiene toda la razón, pues esto que le sucede a él, le está sucediendo
a muchísimos personas cuando se jubilan……
-Es un hombre inteligente y triunfador, que hace
unos meses, decidió que ya era hora de descansar, y aceptó la jubilación.
-Me cuenta, indignado que meses atrás, mientras
seguía en activo, los hijos, las nueras, los yernos, los sobrinos, la asistenta…es
decir todo el mundo, le trataba como a un ser humano válido, con respeto y
cortesía, pero que desde que se ha jubilado, todo el mundo parece que no le conoce, ya que se siente
tratado como un débil mental.
-Mi padre siempre decía que jubilación viene de júbilo, o
sea que define el estado en el que se encuentra el que deja de trabajar para
descansar.
-Las personas que se jubilan, se separan de su
trabajo, lo aparcan porque ya es hora de ceder el testigo a otros más jóvenes, pero
esto no significa que de pronto esta persona ya no sirva, sino todo lo
contrario, porque con ese tremendo bagaje de experiencia, pueden dedicarse a
desarrollar una serie de actividades que siempre le han gustado, pero que nunca
pudieron desarrollarlas, por falta de
tiempo.
-Las personas jubiladas, tienen la misma
dignidad o más que los que siguen trabajando.
-Los hijos, deben comprender que todo cambio
conlleva una cierta inquietud, y en vez de agobiarles queriendo organizarles la
vida, deberían ofrecerse a ellos desinteresadamente para lo que les necesitaran.
-¿No os parece que podrían ahora ellos tener
algún detalle?
-Creo que es el momento ideal para apuntarse a
un gimnasio, reunirse con amigos para dar grandes paseos, y desarrollar un
hobby que les ilusione.
-Creo que le vendrá muy bien revisar su
guardarropa, porque estos hombres de despacho, suelen tener poca ropa
deportiva, y en esta nueva andadura, lo que hay que hacer si o si, es deporte.
-Debe intentar mantener su independencia , por eso no debe vivir con hijos, a no ser que las
circunstancias familiares o de salud les obliguen.
-Decida su día a día, porque cada uno sabe lo que realmente le apetece, pero
no olvide que tiene derecho a elegir.