La vida es aquí y ahora, el pasado ya pasó, hoy
es todo lo que tenemos, mañana no existe, y si llega será otro hoy…….
-Creo que siempre repito lo mismo, porque a
veces no me lo creo, pero es una grandísima verdad.
-Casi todos tenemos la malísima costumbre de
posponer nuestra felicidad, porque pensamos no sé por qué extraña razón que
mañana todo será mejor que hoy, así que decimos cosas como esta:
-Lo haré cuando cobre la paga extraordinaria.
-Cuando este más delgado.
-Cuando tenga menos trabajo.
-Cuando me encuentre mejor de salud.
-Cuando los niños sean mayores.
-Y mientras tanto, la vida se nos escapa entre las manos en esta
estúpida espera.
- Los niños nunca crecen lo suficiente como para
no darnos problemas, sino todo lo contrario; porque según van creciendo,
nuestra vida se va complicando más y más…..
-Las vacaciones nunca se deben posponer, y si ahora puedes costearte solamente un apartamentito, corre y
disfrútalo, porque a lo mejor el día en el que puedas costearte un lujoso hotel
de 5 estrellas, ya no tendrás ganas, o no tendrás ilusión, o no tendrás buena
salud…..
-En este momento estás preparado para ser feliz,
¡aprovéchalo!....
-Llenamos nuestra vida de luegos…..
-De cuándos….. y no nos damos cuenta de que
se nos pasa la vida.
-Tu
felicidad está llamando a tu puerta ahora.
-¡Ábrela, y recíbela sonriente!.
-La felicidad como nos cuenta el cuento del
demonio que escondió la llave, está dentro de cada uno, y nos obstinamos en
buscarla fuera, y no valoramos la que tenemos nosotros que es mucho más valioso.
-Cada uno traemos dentro de nosotros nuestra
felicidad, pero a veces no sabemos encontrarla.
-Vamos a darnos cuenta de que la vida es
demasiado corta como para que perdamos
el tiempo en disgustos y tonterías, debemos aprovechar al máximo cualquier día
para ser felices.
-Vamos a recordar lo que nos dijo Facundo Cabral:
-“Dios te puso un ser humano a cargo y eres tú
mismo. A ti debes hacerte libre y feliz. Después podrás compartir la vida
verdadera con los demás”.
-“Decidiremos desde ahora mismo ser felices,
porque la felicidad es una adquisición”