“Los hombres están siempre dispuestos a curiosear y a averiguar sobre las vidas ajenas, pero les da pereza
conocerse a sí mismos y corregir su propia vida” .San Agustín
-En el año 2017, las cosas siguen estando
exactamente igual. Los productores de televisión, son conscientes de ello, y
por eso hacen programas como “Sálvame” que tienen la máxima audiencia.
- La verdad, por mal que nos suene; es que a casi todos nos encanta cotillear y ahora han
demostrado los científicos que el hacerlo, tiene para nosotros beneficios personales y sociales.
- Nos encanta saber detalles de la vida privada de otras personas, y si les pasa algo parecido
a lo que nos pasó a nosotros, nos consuela una barbaridad.
-Lo malo de esto es que con lo rápidamente que
corren las noticias en Twitter , Facebook…etc,
si contamos o nos cuentan algo que no es cierto, antes de que podamos
rectificar la noticia, ya se habrá hecho viral y no podremos pararla.
-Antiguamente el cotilleo era vital para la supervivencia y gracias a ello, sabían si un hombre estaba
soltero y disponible o no, también se
enteraban de donde cazaba el vecino esas piezas tan hermosas, o de que plantas eran
comestibles o venenosas.
-Las mujeres cotilleamos mucho más que los
hombres, pero la mayoría de las veces no son cosas importantes, sino "tontunas
de instituto".
-A la mayoría nos interesa mucho más el cotilleo
de nuestros amigos, vecinos o compañeros de trabajo que los de la tele acerca
de las estrellas y las famosas, porque al no conocerlas personalmente, no nos
aporta nada.
-Al cotillear aprendemos cosas sobre los demás y
esta información que nos dan, a veces nos advierte de la manera de ser de la
persona que antes del cotilleo ignorábamos como era.
-Según el antropólogo Robin Dunbar, cuando
charlamos con otra persona, dedicamos el 65% del tiempo a hablar sobre nuestra
vida o la de las personas que conocemos, porque nos gusta chismorrear.
-Buenas noches.