-Esta mañana hemos tenido una reunión de amigas;
nos lo hemos pasado de maravilla, y nos hemos reído a carcajadas.
-Las mujeres sabemos desde pequeñas que
necesitamos a nuestras amigas tanto como a nuestra familia, ya que estas son
las que más contribuyen al fortalecimiento de nuestra propia identidad, y nos
ayudan a pasar “malos tragos”.
-Cuando tienes un problema que te angustia, o
sientes un tremendo vacío en el alma, nadie mejor que tus amigas para
escucharte, entenderte y ayudarte a superarlo. Muchas veces, un simple correo, nos avisa de que algo pasa, y cogemos el portátil, y nos conectamos para investigar.
-Los científicos de la famosa Universidad de “Los
Ángeles”, California, comprobaron algo que sabemos todas las mujeres desde
pequeñas, y es que las amigan nos ayudan a superar el estrés mejor que
cualquier medicamento relajante y anti- depresivo, ya que nos hacen sentirnos
tan tranquilas y tan a gusto, creando en un momento, a nuestro alrededor un
ambiente tan relajado y motivador, que nuestro cuerpo empieza a segregar
oxitocina, que inmediatamente actúa como un calmante.
-Las mujeres cuando estamos entre amigas, no
tenemos ningún inconveniente en desnudar nuestra alma; no solemos hablar de chistes sexuales ni de bromas de
ese tipo como suelen hacer los hombres, nosotras hablamos de sentimientos que
es lo más difícil de verbalizar.
-Esta mañana, una amiga, nos contaba, que su
marido la ha decepcionado, porque no ha sabido reaccionar ante un problema muy
grave de ella.
-Aunque el refrán nos repita que: “Mal de muchos,
consuelo de tontos”, la ha consolado muchísimo,( y no es nada tonta), saber que la mayoría de nosotras habíamos pasado por situaciones similares, y que no nos parecía nada tan trágico, ni lo
veíamos como un síntoma de desamor ; la hemos ayudado a entender que no es que
su marido no la quiera , o que no le
importe lo que está pasando, sino que está asustado, porque no sabe cómo
reaccionar adecuadamente ante esta nueva
situación.
-Hemos llegado a la conclusión que como somos
hijos de nuestra evolución, ellos siguen comportándose como lo hicieron
nuestros antepasados en las cavernas, están preparados para ir a la caza del
oso, o del león, o del ciervo, pero en cambio, no saben cuidar ni querer ni
consolar a una mujer que se siente débil y asustada por algo íntimo que no
tiene nada que ver con la lucha, la caza ni la conquista y en cuanto ven que su
mujer, la que siempre está fuerte, la que cura y consuela a todos, está
callada, o triste , o rara, no saben cómo reaccionar.
- Las amigas tenemos nuestras experiencias, e
intercambiándolas, conseguimos ayudarnos unas a otras a solucionar los retos que nos plantea la vida cada día.
-¡Es una suerte tener amigas como vosotras!