Voy a hablaros de Anita Delgado, la bellísima
malagueña que enamoró locamente a Su Alteza real el Rajá Jagatjit Singh de
Kapurthala.
-Anita nació en 1890 en Málaga, y allí vivió con
sus padres y una hermana, en “La Castaña”, un pequeño café, que regentaba su familia.
-Ana y su hermana, asistían a clase de
declamación, porque ambas soñaban con ser artistas.
-El café empezó a ir mal, y sus padres no
tuvieron más remedio que traspasarlo, y emigrar a Madrid en busca de trabajo.
-En Madrid, como su padre no podía pagarlas sus
clases de declamación, se colocaron cobrando 30 reales por noche, como
teloneras en el Central Kursaal, en la plaza del Carmen de Madrid, un café-concierto muy de moda con el nombre de” Las Hermanas Camelias”. En este mismo café, debutó la famosíma Mata- Hari)
-A ese café, acudían a diario, muchísimos
intelectuales y artistas como, Ricardo Baroja, Valle Inclan, y el pintor Julio
Romero de Torres que quedó prendado de su belleza andaluza, y, quiso retratar a
Anita, que tenía 16 años. Esta, no aceptó, así que Romero de Torres, se
conformó con pintar a su hermana.
-Anita, era una jovencita tímida que nunca
alternaba con los intelectuales ni con los clientes, por lo que todos la
respetaban muchísimo.
-El mes de mayo, de 1906, Madrid, se llenó de
personajes de la realeza de todo el mundo, que estaban invitados a la boda de su majestad Alfonso
XIII, con la bellísima princesa Victoria Eugenia de Battenberg.
-Uno de los personajes, era el Maharajá de
Kapurtala, que acude al café, y se enamora locamente de Anita nada más verla,
así que pide conocerla.
-Anita, se niega a irse con él, no accede a sus peticiones, y el maharajá se
quedó estupefacto, ya que no estaba acostumbrado a recibir desplantes….
-Una mañana de finales de mayo, Anita y su
hermana, vestidas de luto por la reciente muerte de su abuela, salieron a
presenciar en la esquina de la calle Montera y Sol, el desfile de personalidades que subían hacia
el Palacio Real.
-Anita de
pronto, ve cuando se detiene la carroza plateada del maharajá. Este vestía como un príncipe de
las mil y una noches, un precioso turbante blanco y azul, sobre el que brillaba
un enorme broche de brillantes con forma de pavo real, y una vestimenta tan
lujosa como estrafalaria, según sus propias palabras.
-El maharajá era apuesto, iba cargado de joyas,
con una barba extraña, y la miraba tan fijamente que Anita sintió que la
temblaban las piernas.
Al poco rato, la comitiva siguió andando, y el
maharajá, permaneció asomado hasta que la perdió de vista.
-Desde ese instante, Anita supo que le había conquistado.
Los intelectuales del café, al saber lo sucedido bromeaban sobre ello, y Valle
Inclán llegó a decir:
-¡Señores, lograr que Anita llegue a casarse con
ese Rajá, es cuestión de patriotismo”.
-El 31 de mayo, día de la boda real, un
anarquista lanzó una bomba a la carroza de los reyes recién casados, y aunque
salieron ilesos, los invitados temiendo una guerra civil, abandonaron España
rápidamente.
-A los pocos días, se presentó en la puerta de
Anita, el secretario personal del Rajá, entregándole una carta personal en
mano.
-Cuando Anita muy nerviosa la abrió, se emocionó
al comprobar que era una tierna y apasionada declaración de amor, y la pedía
que se casara con él, rogándola que en caso de que aceptara, considerara que el
dador de la carta era su servidor, y que la conduciría junto con toda su
familia a París, para arreglar la boda.
-Anita duda durante unos días, y cuando por fin decide aceptar, enseña la carta a los
intelectuales, porque sabía que su lenguaje sencillo a lo mejor no era el más
apropiado para esa misiva.
-Valle Inclán y Romero de Torres, redactan una
poética declaración de amor de Anita hacia el Maharajá que hace que él se
ilusione muchísimo más al saber que ella acepta, y que será su maharaní.
-Fin de la primera parte