Esta mañana, París, ha vuelto a amanecer
lluvioso, pero a nosotras no nos importa nada, porque hemos venido a visitar
esta bella ciudad, y la lluvia es casi siempre una acompañante segura.
-Salimos de casa sobre las 11, aprovechando un
ratito que no llovía, y hemos ido por el Bulevar Richard Lenoir hasta La Plaza
de La Bastilla, para tomar el bus 69.
- El camino del autobús, bajando por la Rue San
Antoine, Rue Rívoli, hasta llegar al museo, es muy cosmopolita, porque está
lleno de tiendas, y siempre hay un gran trasiego de gente que va y viene.
-Las parisinas no tienen término medio, las hay
que llevan unos tacones de vértigo, y las que van en bailarinas, pero siempre
destacan por su elegancia….
-Hoy como es martes, cierra el museo del Louvre,
así que es el día perfecto para visitar tranquilamente el Carrusel.
-El Carrusel, está entre el Museo del Louvre y
el Jardín de las Tullerías, pero nosotras hemos estado en el centro comercial
subterráneo que está debajo del museo, y que mucha gente no solo no conoce, sino que ni siquiera ha oído hablar de él.
-Al Carrusel, se puede acceder desde el museo,
desde el metro, o desde la Rue Rívoli, que es por donde hemos entrado nosotras.
Bajamos por unas escaleras mecánicas, y caminando de frente, te encuentras una
preciosa sorpresa, la pirámide invertida en el vestíbulo principal, casi
siempre llena de japoneses fotografiándola.
-El entorno es realmente mágico,las tiendas son
todas muy elegantes y están puestas con muchísimo gusto.
- La tienda del museo, está llena de recuerdos,
camisetas, objetos de escritorio, figuras , discos, libros relacionados con la
arquitectura, arte, historia, fotografía…etc. Nosotras hemos comprado un montón
de cosas.
- Hemos entrado en Primtemps, y tras comprar
unas cremas, no hemos podido resistir la
tentación de hacernos una foto junto a un maravilloso bolso gigante de
colorines.
-Nos ha hecho mucha gracia, que al entrar más
tarde, en una preciosa tienda de bolsos, la dependienta, una chica muy guapa y
elegante, se ha alegrado tanto de oírnos hablar en español, que nos ha contado
que se llama Tatiana, y es de Cádiz, y
que vive muy feliz en París, con su marido belga que es un gran cocinero, y su
precioso hijo.
- Desde luego, cada día estoy más convencida de
que al amor no le importan nada las nacionalidades.
-Tomamos un café y un sandwich en el Starbucks,
y yo fui a la toilette, que pertenece al Carrusel; me ha parecido un sitio muy
coqueto y decorado con muy buen gusto, y creo que no tiene nada que envidiar a
las toilettes de los grandes hoteles parisinos.
-Te cobran 1,50€, y te pasan a una cabina
individual muy bien decorada; te abre la puerta un hindú muy uniformado, y al
salir te indica donde está el lavabo y te pregunta muy interesado si todo ha
sido de tu agrado.
-Allí venden de todo, colonias, jabones, cremas,
neceseres, toallitas, papel higiénico…etc, así que la mayoría salía con una bolsita de compra.
-Salimos otra vez a Rue Rívoli, y volvimos a
casa paseando por las arcadas del Louvre que está llena de tiendas de antigüedades
y de recuerdos.
-No nos habíamos dado cuenta, y eran casi las 6
de la tarde, así que hemos comido-cenado a las 7 de la tarde.
-¡Ventajas de estar en París sin horario!