Esta mañana nos hemos citado Gema y yo a la 1 en
la academia de pintura Leonardo Da Vinci, con Mayi, Charo y Ana, alumnas de Gema
y amigas del alma de las dos, para ir a comer a Van Gogh Café, porque es un
sitio que nos encanta.
-Hemos ido en nuestro coche, y me acordaba yo de
la frase esa que dice: “La felicidad está en el camino”, porque de camino al
café, hemos ido charlando, bromeando, y
sintiéndonos muy felices.
-He aparcado en la puerta, y nada más entrar
hemos tenido la cálida sensación de estar entre amigos, ya que todas las
paredes están tapizadas de cuadros del genial pintor, magníficamente interpretadas.
-Nos hemos sentado en dos mesas juntas al fondo
a la izquierda, y mientras
disfrutábamos viendo los cuadros que nos
rodeaban, le hemos pedido al camarero
que nos hiciera la primera foto para inmortalizar el momento.
- Teníamos
detrás un retrato de Agostina Segatori, un óleo de la serie “Mujeres italianas” que acabamos de ver en el
Museo de Orsay.
- Un autorretrato del pintor en tamaño pequeño, un
paisaje de un campo con árboles, la mesa de billar al fondo, y a la derecha de
la imagen una preciosa interpretación de “carretera con ciprés bajo el cielo
estrellado”
-Hemos comido muy bien, rodeadas de muchísimo
arte, y hemos estado charlando de todo lo divino y de lo humano, también han
estado diciendo cada una los cuadros que más las gustaban, ya que todas
coincidimos en que es uno de nuestros pintores favoritos.
-La última vez que vinimos juntas a este café, fue
el 8 de noviembre de 2013, y estuvimos merendando, haciéndonos fotos y
riéndonos de mil cosas que se nos ocurrían.
-La comida nos ha gustado mucho, porque además
de estar bien cocinada, bien presentada y muy rica, nos han cobrado un precio
muy razonable.
-Después de los postres, y la sobremesa, hemos
pedido a otro camarero que nos hiciera una foto al lado de: “La noche
estrellada”, “Los girasoles”, “Pescando en Primavera, Puente de Clichy, y dos cuadros de olivos que no conozco”……….., y aquí estamos todas
tan contentas.
-Cuando ya nos íbamos, Charo, no se había fijado
en la habitación de Arlés, que está
representada con muebles en el escaparate, y nos hemos sentado entre risas,
pidiendo a un señor argentino encantador que también era pintor que nos
inmortalizara en la habitación, y la
verdad es que ha quedado una foto preciosa.
-Al salir ya a la calle Isaac Peral, un chico
que pasaba por allí, se ha ofrecido a hacernos otra foto, para que no se
quedara ninguna fuera del grupo, y esta es la última foto de una comida alegre
y divertida en Van Gogh Café.
-La primera vez que fuimos al café Van Gogh, nos
hizo mucha gracia leer en su publicidad:
-“Van Gogh Café
aparece como un oasis para todos los públicos, en una atmósfera cordial
e informal, en medio del trasiego”, y creemos que es muy acertado, porque verdaderamente es así.