Es curioso pero a todos nos han pasado cosas
buenas de pequeños de las que apenas nos acordamos aunque nos enseñen las fotos.
- En
cambio tenemos recuerdos de malas
experiencias que en aquel momento nos afectaron mucho; como cuando una monja nos castigó por reírnos , o cuando una
amiga a la que admirábamos, estaba saliendo con el novio de su hermana, o esa
niña tan envidiosa que nos puso en ridículo en el recreo delante de nuestras
compañeras, y aunque sabemos que son tonterías, se han
grabado a fuego en nuestra
memoria.
-También sabemos que un día que promete ser estupendo,
porque estamos muy animados, alegres se nos puede arruinar por culpa de un
simple comentario desafortunado de una amiga, vecina, o familiar.
-Un “qué mala cara tienes”, o “pareces estar muy
cansado”, o “¿has engordado últimamente?” Será suficiente para que nuestro día se eche a
perder.
- Cuando estamos sometidos a una fuerte tensión,
liberamos noradrenalina que es la
hormona de la lucha o huida, aumenta la
sensibilidad química de las neuronas y la fortaleza de nuestras neuronas, por ese
motivo, no olvidamos las cosas malas que
nos suceden.
-Es que
nuestro cerebro está preparado para memorizar mejor las interacciones negativas
que las positivas.
-Actualmente las cosas han cambiado, porque
estudios recientes han demostrado que las regiones superiores del cerebro
pueden modificar el funcionamiento de las inferiores.
-Estos son buenas noticias, porque podemos
utilizar nuestra intención y nuestra atención no dando poder ni haciendo caso a
todas las cosas negativas que nos dicen, superando así el sesgo de negatividad.
-Esto no funcionaría si estuviésemos padeciendo
una depresión, pero si no es así, nuestra felicidad solo depende de nosotras.
-Cuando sufrimos un desprecio por parte de
alguien, cuando nos sentimos excluidos de un grupo al que nos alegra
pertenecer, sufrimos de la misma manera que cuando tenemos un accidente y resultamos heridos,
porque el daño emocional nos duele igual que el físico.
-Los médicos nos han recetado desde siempre para mitigar nuestro dolor físico una serie de fármacos analgésicos y relajantes
musculares y ahora ya emplean estos
mismos fármacos para mejorar nuestro
dolor emocional, o para que olvidemos un desengaño amoroso.
-Pero debemos reflexionar en voz alta y pensar
que el dolor , la rabia y la decepción son emociones que si nunca las hemos
experimentado, tampoco podremos valorar los maravillosos momentos de
felicidad que están en nuestro camino y que nos llegarán pronto.
-Buenas noches