Todos los seres humanos, en muchos momentos de
nuestra vida, utilizamos como defensa personal los mecanismos del auto engaño.
-Nos engañamos a nosotros mismos, cuando no nos
gusta lo que somos, o en lo que nos hemos convertido; entonces intentamos
ocultarnos a nosotros mismos, esta o aquella faceta nuestra, cambiándola por
otra parecida y mejor.
-Intentamos exagerar nuestro lado positivo, y
negamos todo lo que podemos el lado negativo, llegando muchas veces a
creérnoslo tan profundamente que si esto persiste durante 21 días, acabará convirtiéndose en un hábito, y pasará a formar
parte de nuestra personalidad, hasta el punto de que transcurridos unos meses,
creeremos que siempre fuimos así.
-Nuestra mente consciente,( la que graba todo lo
vivido, visto, oído, hecho y experimentado), con el tiempo, va pasando esta información
del consciente al subconsciente, y por último al inconsciente , que es la
sección que ocupa unas 6/7 partes de
nuestra mente, que es donde los modernos científicos creen que está nuestro
verdadero yo.
-En nuestro inconsciente es donde guardamos las
experiencias vividas desde nuestra niñez, y de las que casi nunca nos
acordamos, pero que contribuyen en gran parte, a la manera en la que reaccionamos ante una situación y
que a veces nos permite actuar de manera automática e impulsiva.
-Por eso, si con un pequeño auto engaño, conseguimos
ser más honestos, más formales, más
éticos, más creativos, es decir, ser mejores personas, esa mejoría, será muy positiva
porque afectará a toda nuestra vida.
-Los niños, que como sabemos son cera en
nuestras manos, si tienen a su lado a personas que les dicen lo que valen , lo
listos y lo buenos que son, y lo que van a conseguir, gracias a estas
cualidades, se convertirán en adultos mucho mejores que los que tengan a
padres, o a tutores, criticones, regañones y descalificadores.