A veces la vida, nos juega malas pasadas y nos
encontramos con gente en la que confiamos, y
que nos hace mucho daño; pero esto no debe hacernos cambiar nuestra
manera de ser ni de pensar……
-Mi abuelita, nos contaba muchos cuentos chinos,
y a mí me encantaban, porque son como nuestras fábulas, de las que siempre
sacábamos una enseñanza para la vida, una reflexión, o una moraleja.
-Os voy a contar uno que, me gusta mucho, y que
yo cuento a los niños.
“El Alacran”
Paseando un día un maestro oriental por la
orilla de un rio, observó que un pequeño alacrán, había caído al agua, y se
estaba ahogando.
-El bondadoso maestro, fue inmediatamente a
sacarlo del agua, pero cuando le agarró, el alacrán le picó.
-El maestro, sintió un dolor tan fuerte, y un
escozor, que le soltó, y entonces, el
pequeño alacrán volvió a caer al agua.
-El maestro
quiso sacarlo del agua otra vez, pero no pudo, porque de nuevo, le tuvo
que soltar, al recibir su picadura tan dolorosa.
-Unos discípulos que paseaban con el maestro, le
preguntaron que por qué insistía en
ayudar al alacrán, si este siempre le
iba a picar.
-El maestro respondió:
-Aunque el alacrán me pique cada vez que intente
cogerlo, porque es su manera de defenderse, y su naturaleza le manda picar, eso
no hará que yo cambie mi naturaleza, que es y siempre será ayudar.
-El maestro se arremangó la manga de su traje, y
agarrando una gruesa hoja, le sacó del agua, y le soltó en la tierra salvándole la vida.
-Moraleja: No cambies tu naturaleza, aunque
observes maldad a tu alrededor, simplemente, toma precauciones.