Muchas veces no conseguimos lo que queremos
debido a que nos ponemos el listón demasiado alto, y al no poder alcanzarlo,
nos sentimos tan frustradas que tiramos la toalla.
-Si nos ponemos una meta inalcanzable,
generaremos un estado de ansiedad y
preocupación.
-No tenemos que seguir creyendo como cuando
éramos niños que todo debería estar perfecto, porque solo de esta manera
lograremos nuestro propio bienestar.
-No podemos exigirnos demasiado ni querer
controlarlo todo, sino que delegaremos en las personas adecuadas y todos
seremos más felices.
-Podemos hacer las cosas de la mejor manera
posible sin obsesionarnos, porque el pedirnos demasiado nos causamos una gran
perturbación emocional.
-Exigirnos demasiado es pensar que tenemos que
hacer todo bien , y al no conseguirlo, nos sentimos muy frustrados.
-También tendemos a pensar que los demás deberán
cumplir nuestras expectativas aunque sean excesivas, y al no hacerlo, creemos
que la vida es muy injusta con nosotros.
-Estas actitudes tan perfeccionistas son las
principales responsables de que nos
sintamos fracasados, y tomemos actitudes de victimas.
También desarrollamos poca tolerancia a la
frustración y tendemos a exagerar
cualquier problema y a considerar “insufrible”, cualquier bobada.
-Así que si nos damos cuenta de que hemos caído
en la trampa de ponernos el listón demasiado alto; nos pararemos y cambiaremos
nuestra meta a otra que podamos conseguir y que nos haga felices con solo
iniciar el camino para conseguirlo.
-Buenas noches.