En estos momentos tan malos de corona
virus, de crisis de trabajo y de problemas, doy gracias a mi vida por ser tan
generosa conmigo.
-Gracias por tener una casa
confortable donde me siento feliz y protegida.
-Gracias por tener la nevera con la comida suficiente para poder dar de comer a mi familia.
-Gracias por tener dinero suficiente
para enfrentarme a los gastos diarios.
-Gracias por tener una familia
cariñosa y alegre con la que nos reunimos tan a menudo como podemos y
disfrutamos estando juntos.
-A partir de ahora voy a volver a bendecir la mesa como hacía mi padre en las comidas familiares para agradecer tantos dones.
-Cuando todo va bien, tendemos a acomodarnos
y a pensar que esto es lo normal, pero si miramos a nuestro alrededor, vemos
que desgraciadamente no es así para toda la gente.
-Ahora con todas estas cosas que nos
han sucedido, vemos que nuestra vida es tan frágil como la del funambulista que
camina sobre el alambre.
-El otro día, se quemaron los tres últimos pisos de una torre de casas preciosa.
-A pesar de que tuvieron muchísima
suerte y no hubo que lamentar víctimas, en un momento, desaparecieron los tres
últimos pisos, y los que tenían allí su casa, se quedaron sin nada.
-Lo malo de vivir en una torre, es
que pagas por tener una casa en el aire, y si se quema como ha sido el caso, en
un abrir y cerrar de ojos, te quedas sin piso, sin ropa, sin muebles, sin
dinero y solamente con lo que llevabas puesto.
-Daremos las gracias por tantos
dones….
-Buenas noches.