


Esta mañana, he entrado en una tienda, que estaba bastante llena. Sin saber cómo, y mientras esperaba, me he puesto a charlar con una chica, y me ha dejado helada la negatividad que respiraba. Para ella, todo era malo, todo estaba sucio, todo era carísimo. En cinco minutos, había echado por la boca, tal sarta de improperios contra la humanidad que a mí, me ha sorprendido. No he podido contenerme, y la he dicho, que si no se estaba dando cuenta de lo negativa que estaba.