-Hoy nos hemos reunido un grupo de amigas en el
restaurante “Casa Vicent”, que está en el Barrio de La Concepción, al lado de
la academia de mi hija Gema.
- Hemos escogido este sitio, porque Gema come allí muchas
veces y la comida es muy rica y tiene sabor casero.
-Mayi, Ana, Charo y Santi, que además de amigas
son alumnas de pintura de la academia de Gema, y están tan contentas de los progresos
que han hecho que según confiesan se pasarían el día pintando…
-Nos han reservado un comedorcito pequeño, con
una preciosa mesa redonda, y hemos comido un menú riquísimo entre risas y
bromas. Cada una ha contado diferentes cosas y yo las he dicho que todas
tenemos las llaves para resolver nuestros problemas.
Lo único que tenemos que
hacer es encontrar la llave adecuada….
-Hemos hablado de nuestros padres, de nuestros
recuerdos, porque con el paso de los años, el tremendo dolor que sentimos por
sus pérdidas, se alivia con la ternura que nos da recordar los buenos momentos
y los momentos mágicos que se grabaron en nuestra alma.
-Es curioso pero a veces notas que tienes una
gran empatía con amigas nuevas, porque la amistad no necesita medirse en
lustros, sino en cariño y empatía, por eso no importa si la amistad es de días,
semanas, meses o años; lo importante es que haya cariño y comprensión.
-Para las mujeres las comidas de amigas son un
auténtico remanso de paz, son “tiempos
muertos” donde se paran todas las preocupaciones y solamente caben las risas y
los mensajes positivos, porque a ninguna nos gustan “los malos rollos”.
-Las mujeres aunque estemos casadas, o tengamos
pareja, necesitamos llenar un cuenco con la amistad de otras mujeres, porque
nos ayuda a recordar quienes somos realmente.
- Un día, sin saber por qué, notamos que somos verdaderas
amigas; y enseguida segregamos
oxitocina, que es una sustancia química
que nos ayuda a mantener lazos de amistad, porque en esos momentos nos
encontramos en casa, y sentimos la necesidad de compartir y de agruparnos con otras mujeres, de verbalizar
los problemas y de poder bromear sobre
ellos, cosa que reduce el estrés y produce en nosotras un efecto calmante.
-Está demostrado que las mujeres que se reúnen a
menudo con sus amigas reducen los riesgos de tener tensión arterial alta, y
colesterol.
- Al volver, hemos parado en La Vaguada para
enviar desde Correos un paquetito de ángeles de trapo para Liliana, otra amiga nueva argentina.
-¡Ha sido un día muy completo!