Esta tarde han venido los niños para quedarse
con nosotros hasta mañana por la tarde, y en cuanto se han quitado los abrigos, lo primero
que han hecho ha sido pedirle a su tía Gema que sacara los adornos y los
ángeles, porque querían poner el árbol de navidad.
-Los niños con su sola presencia, nos dan
muchísima felicidad, porque todo lo hacen nuevo e irrepetible.
Las caras que
han puesto al ver la cantidad de cosas que tenía su tía en las diferentes cajas,
era una mezcla de alegría y de sorpresa, que hubieran merecido una foto para la
posteridad.
-Toda la tarde han sonado los villancicos
altísimos, mis vecinos son unos santos, porque no me cabe duda de que a pesar
de que vivimos en un piso décimo, los villancicos se debían oír hasta en el
portal, porque les gusta ponerlos altísimos, mientras parlotean entre ellos; y
de vez en cuando, se paran, y te hacen
ese tipo de preguntas absurdas que estoy segura de que les da exactamente igual
la respuesta, ya que solo buscan oírse ellos mismos.
-¿Abelita si se cae el osito se hace daño?
-No, porque es un muñeco de trapo y los muñecos…
-¡Pobrecito osito!,- dice Natalia, dándole besitos,
sin escuchar para nada mi respuesta….
-Los niños, tienen su mundo interior lleno de
miles de imágenes reales, inventadas y soñadas,
y de ese extraño popurrí, crean su realidad.
-Nuestro árbol es artificial, porque a Gema le
da muchísima pena, sacrificar un abeto
natural cargando sus ramas y aguantando la calefacción, así que las ramas las
van abriendo ellos, y se forma un batiburrillo de ramas, bolas, ángeles, ositos
que cada uno coloca a su gusto, que el pobre árbol parece un balancín.
-Luego hemos estado hablando de Papá Noel, y a Álvaro le preocupaba mucho que
se hiciera daño bajando por nuestra chimenea, porque le parecía que no le iba a
caber su enorme tripa, pero cuando yo he dicho solamente que sí, enseguida me
ha preguntado con mucho interés que dónde le iba a poner el abuelito el agua a
los camellos.
-Cuando yo
ya no podía más, me ha salvado la campana, y su abuelito ha dicho que
era la hora del baño, así que hemos arrinconado el árbol al lado de la librería
, para que no se caiga , y se han ido a bañar.
-Como los niños viven solo el presente, en el
baño, es otra historia haciéndonos comidas en platos invisibles, o en tapas
llenas de agua para que nosotras comentemos que están exquisitos.
-Les hemos dejado hacer pompas un ratito porque
es una cosa que les encanta, pero que solo se puede hacer en el baño o en la
cocina, porque si no te dejan todo pringoso…..
-Les hemos dado de cenar, y gracias a Dios, ya
se les han acabado las pilas como al conejito de Duracell y ahora que están
absolutamente dormidos, me acabo de sentar a escribir mi blog.