( He puesto la felicitación navideña de Google porque me gusta mucho)
Esta Nochebuena cenamos en casa de mi hermana Mª
José. Para nosotros, la Nochebuena es la celebración más importante, y cuando
vivían mis padres, siempre rezábamos el rosario en familia antes de cenar.
- Llovía como si no hubiera llovido nunca; más
que llover” jarreaba”, nos parecía que estábamos en París, cuando se pone a llover de pronto, y
antes de que te dé tiempo a cruzar esa avenidas tan enormes, estás tan empapada
que no tienes más remedio que volverte a casa si no quieres coger una pulmonía
doble.
-La casa estaba muy navideña; empezando con una preciosa corona de
angelitos que la hizo Gema, y que cuelga en la puerta principal, alegrando con sus ángeles de trapo todo el
descansillo, siguiendo con un árbol de navidad en el salón y un precioso belén
de muñecos de fieltro que era de su suegra Carmen y que conservan con gran cariño.
-En el comedor, la mesa era una obra de arte con su mejor porcelana y cristalería, parecía una foto navideña de famosos,
como las que suele publicar la revista Hola en estas fechas.
-Solo éramos 9 porque los dos hijos de Mª José,
los dos de Mima y mi hijo Félix, con sus parejas e hijos, habían ido a cenar a
casa de los suegros, con lo que teníamos la sensación de ser muy pocos.
-A pesar de que solamente había tres chicos
jóvenes: Daniel, Gema Y Mª José, la velada fue muy alegre, y hubo muchas risas.
-En mi familia todo se celebra comiendo,
nosotras lo achacamos a que como nuestros padres vivieron la guerra civil en
Madrid, tuvieron muchas carencias y mucha escasez de alimentos básicos; así que
y en cuanto conseguían algo rico, se reunían a celebrarlo y a compartirlo con
los amigos, como si fuera un gran banquete, porque no sabían cuando volverían a
tener ocasión de repetirlo…
-Mis padres se casaron antes de terminar la
guerra, porque a mi padre le mandaban al frente, y como estaban tan enamorados,
no querían separarse sin haberse casado antes. La boda la celebró un cura que
andaba escondido por las casas de los amigos, el altar fue la chimenea de
mármol de un saloncito de casa de mi abuela, que hoy decora el salón de mi
hermana Mima, y el menú de lujo que
obsequió un invitado fueron unas alubias con chorizo de la que siempre se
acordaban todos como “Bocatto di cardinale”…
-La cosa es que actualmente no tenemos ninguna
carencia ni escasez, pero seguimos con
la misma costumbre de comer como si mañana
pudiéramos no tener comida.
-Cenamos aperitivos de jamón ibérico de bellota,
lomo, chorizo, surtidos de quesos, langostinos…. Después nos sirvieron un
exquisito sorbete de limón, que había hecho mi sobrina Mª José, para limpiar el paladar y que sienta de maravilla
antes de mi cordero lechal que quedó muy
rico y nada grasiento.
-De postre mi hermana Mª José hizo una tarta de tres chocolates
que estaba exquisita, además de maravillosamente presentada con un colorido
degradado desde el chocolate blanco del último piso, al negro del primero, que
yo no me pude acabar.
-Después de cenar nos sentamos en el salón con
unos turrones, mazapanes, bombones, dulces de navidad, y unas copitas de licores.
Yo aunque no suelo beber, tomé Bayleis que es un licor que me encanta y que
está hecho de whisky irlandés y crema de leche, y como sabe tan dulce, entra
solo….menos mal que estuvimos charlando y riéndonos hasta muy tarde, porque
como siempre me pasa en estas fechas, yo cené demasiado……..
-¡Feliz Nochebuena a todos!