Esta mañana he ido a hacerme una mamografía, que
es una radiografía de la mama, donde estudian las glándulas mamarias a través
de los Rayos X, para detectar precozmente, signos o síntomas de cáncer de mama.
- He estado dudando unos días porque me
encuentro muy bien, y me molesta pensar en la cantidad de radiaciones a las que
me someten las pruebas de los diferentes médicos, pero al final, he decidido ir,
pensando en tantísimas amigas que lo han ido dejando, y que al final alguna de
ellas ha tenido cáncer de mama, aunque gracias a Dios, todas están
recuperándose de maravilla.
-La sala de espera de los ginecólogos en
general, suele estar muy animada, porque las mujeres solemos tener mucha
facilidad para conectar con otras mujeres, y en este centro que he estado yo
esta mañana, se dedican casi exclusivamente a mamografías y otras pruebas
femeninas, por lo que la sala de espera estaba animadísima…..
-Cuando llega tu turno, te llama la enfermera, y
te pasa a una cabina para que te quites la ropa de cintura para arriba y te
pongas una bata azul marina que se abre por delante, y cuando te la has puesto
te pasa al despacho de la ginecóloga, que te hace un montón de preguntas a
pesar de que estás segura de que ya las habías contestado en año pasado, y
luego te examina las mamas en busca de algún bulto, grano o molestia.
-Al terminar, vuelves a la cabina y sales para
hacerte la mamografía que consiste en ponerte la mama en un mamógrafo que es una
especie de caja rectangular que contiene un tubo de Rayos X, dónde metes la
mama, que se comprime con una paleta gradualmente, y que es incomodísima. Entonces el técnico, mira en la computadora buscando
áreas anormales de densidad, masa y calcificaciones.
- Después, te cambian de postura, y te vuelven a
poner la mama aplastada en sentido vertical. Menos mal que dura poco,
y que no he tenido que repetirla.
-Esta prueba hay que hacérsela a partir de los
40 años, y el programa tan sofisticado que tiene alerta inmediatamente al radiólogo
de la necesidad de hacer análisis adicionales ante la mínima sospecha.
-Mientras estamos en la sala de espera charlando,
las mujeres nos entendemos con mucha facilidad, y nos apoyamos las unas a las
otras sin ningún esfuerzo. Hemos hablado de la experiencia tan difícil que
había tenido una chica de unos 40 años con su cáncer de mama, y cuando todas
estábamos impactadas por la situación tan dura, ella se ha levantado el jersey,
y nos ha enseñado una mama preciosa y perfecta, porque se la acaban de
reconstruir tras la quimioterapia, todas la hemos dicho que está tan guapa como Angelina Jolie.
-Nadie puede animar a una mujer como otra mujer,
porque la imagen de esta chica riéndose y contándonos que habían hecho una
colecta entre las compañeras de trabajo al verla tan hundida, y que la han
sorprendido regalándola la operación; así que al final todo han sido risas…
-Las mujeres solemos compartir las experiencias
difíciles de la vida porque compartidas resultan más livianas, y al charlar con
las amigas, sabemos que fabricamos serotonina que es nuestro neurotransmisor
contra la depresión, que nos acaba dando una gran sensación de bienestar.
-Los hombres no tienen esa facilidad para compartir
sentimientos, y nunca hablan de ellos con sus amigos.
- Somos hijos de nuestra evolución, y a ellos
les tocó ser cazadores, y estar siempre alerta , para no ser devorados por una
fiera; necesitaban además de ser rápidos, ser astutos para conseguir una buena
caza para alimentar a la prole que les esperaba en la cueva, y aunque ahora no hay
peligro de que les devore una fiera,
ellos siguen tan alertas y tan desconfiados con sus cosas como entonces.
- Los hombres nunca
hablan de cosas íntimas y personales con otros hombres, ni se reúnen a hablar
de cualquier cosa que le ha sucedido a alguno de ellos para intentar resolverlo
en el grupo como hacemos las mujeres.
-Los hombres, planean sus citas, en torno a
actividades deportivas como fútbol, tennis, caza…etc, pero jamás se citarán para
hablar de los sentimientos….
-Nosotras creo que desnudamos nuestra alma con
facilidad, y siempre que volvemos de una charla de amigas, nos sentimos
reconfortadas y felices.
-Creo que todas las mujeres nos necesitamos las
unas a las otras para darnos fuerza, aliento, para escucharnos