El tacto será probablemente el más esencial y el
menos apreciado de los 5 sentidos con los que contamos.
-No nos acariciamos lo suficiente ni tan a
menudo como deberíamos y nuestra salud se resiente.
-El bebé desarrolla el tacto en el útero
materno. Por eso si se priva a un recién nacido de caricias, se retrasa su crecimiento, y empiezan a surgir
trastornos cognitivos y de conducta que pueden
hacer peligrar nuestra vida adulta.
-El tacto es el primer vínculo emocional que
tenemos con nuestros padres, y necesitamos mantener ese contacto a lo largo de
toda nuestra vida.
-Este contacto físico no sexual, sirve para
conectar a unas personas con otras, promoviendo simpatía, gratitud y confianza.
-Los estudios han demostrado que los médicos que
tienen contacto físico con sus pacientes: estrechándoles la mano, dándoles una
palmadita en el hombro, sonriéndoles…etc, promueven en ellos un afecto especial
que les hace verlos como más compasivos y comprensivos que los que no lo hacen ,
y suelen tener mejor “ojo clínico “ para diagnosticarles.
-Los equipos deportivos que celebran sus
triunfos chocando la mano, suelen jugar de una manera mucho más cooperativa y
ganar más partidos que los que no lo hacen.
-El sentido del tacto se va degradando con los
años. A partir de los 20 años, comenzamos a perder un 1% de terminaciones
nerviosas de la piel cada año.
-Normalmente las personas de 80 años tienen
solamente una cuarta parte de detectores del tacto que los jóvenes de 20 años.
-Los detectores del tacto, van perdiéndose de una manera tan gradual que
apenas se dan cuenta y lo curioso es que cuanto más pierden los mayores, más
necesitan un abrazo, que les cojan de la mano, o que les acaricien la cara,
porque sin ellos su calidad de vida
empeorará sensiblemente.
-Así que manos a la obra y poneros las pilas
para besar, abrazar y acariciar a vuestros abuelos, padres, hermanos, hijos …etc.
-Las caricias y los masajes terapeúticos
aumentan la actividad del nervio vago que va desde la base del cerebro hasta el
abdomen y al estimularlo mejora la digestión, aumenta la serotonina que es el
neuro transmisor que nos mejora el estado de ánimo evitando la depresión y les
hace sentirse felices.
-En los centros de mayores buenos, esos que se preocupan verdaderamente de
cuidarlos y de mejorar su vida; suelen tener clases de yoga, masajes, e incluso mascotas a las que
acariciar, y han comprobado que mejoran enfermedades como la artritis, y los
dementes seniles comían mejor si se les daba alguna palmadita, se les
acariciaba la cara o se les hablaba con dulzura mientras lo hacían.
-Buenas noches.