James Fowler, profesor de la Universidad de California (San Diego) y el Dr. Nicholas Christakis de Harvard, han realizado un trabajo interesantísimo, en el que explican que las personas que son amigas, muchas veces tienen genes iguales.
-Se ha comprobado sin lugar a dudas que los amigos a los que les gusta el alcohol, se agrupan, porque tienen un marcador genético DRD2 asociado con el alcoholismo, aunque también apuntan que estas personas suelen ser más amigables que los que no portan ese gen.
-También podría ocurrir que se hacen amigos en los bares, y que los que van a beber a los bares, les gusta el alcohol, en fin, no es que todos los amigos de los que beben sean alcohólicos, pero si es cierto que tienen una predisposición genética a reunirse.
-Lo mismo ocurre con los amigos de comer demasiado, comparten algo más que su buen apetito, por eso tanto para unos como para otros, funcionan de maravilla los grupos de apoyo de gente igual a ellos, porque juntos lo pueden conseguir, como “Alcohólicos Anónimos” o Weight Watchers.
-La gente susceptible de beber demasiado, se reúne con personas que están sufriendo el mismo problema, y juntos, se ayudan unos a otros, en su lucha por dejar el alcohol.
-Las personas que se meten en una espiral de comer por comer, que llega un momento en el que no se controlan y resuelven sus problemas en el frigorífico, encuentran muchísima ayuda entre amigos que están pasando por la misma situación, y en sus reuniones intercambian riquísimas recetas bajas en calorías, y hacen terapia de grupo compartiendo sus problemas.
-En cambio, los investigadores, han encontrado una relación distinta entre las personas que poseen el gen encargado de que el sistema procese sustancias ajenas, como la nicotina, es decir, que las personas fumadores, tienden a relacionarse más con personas que no fuman. Fowler sugiere que en términos de tener apoyo social, tendrían beneficio, porque al relacionarse con no fumadores, ellos fumarían mucho menos, para evitar la toxicidad en su propio ambiente.
-Existen correlaciones genéticas entre las personas de un mismo grupo social, según otro estudio de la revista Proceedings de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos.
-Parece que algo parecido ocurre con la tristeza o la alegría, yo no tengo muy claro, si es que simplemente se contagia, porque si estamos con personas alegres, nos influirá su alegría, y si estamos con personas aburridas y negativas, acabaremos deprimidísimos.
-Lo que es seguro, es que con nuestros amigos, compartimos predisposiciones hacia ciertos comportamientos, sin importar su ascendencia.
-A mi me ha hecho muchísima gracia saber que las personas muy habladoras y extrovertidas, tienden a emparejarse con personas mucho menos habladoras, porque en el amor, al contrario que en la amistad, los opuestos se atraen en el plano genético, y por eso, para emparejarnos, buscamos personas diferentes genéticamente.
-Por último, parece que esa sensación que tenemos a los pocos minutos de conocer a alguien de que nos va a caer bien o nos va a caer mal, puede estar relacionada con los genes. Sentimos rechazo o atracción de forma instintiva al conocer a alguien.
-Esa sensación de empatía cuando se conoce a alguien y se decide “me cae bien”, “me cae mal”, y que con el tiempo es la base de una amistad estable, porque elegimos a los amigos no solo porque son socialmente parecidos sino porque se nos parecen desde el punto de vista biológico y genético.
-Se ha comprobado sin lugar a dudas que los amigos a los que les gusta el alcohol, se agrupan, porque tienen un marcador genético DRD2 asociado con el alcoholismo, aunque también apuntan que estas personas suelen ser más amigables que los que no portan ese gen.
-También podría ocurrir que se hacen amigos en los bares, y que los que van a beber a los bares, les gusta el alcohol, en fin, no es que todos los amigos de los que beben sean alcohólicos, pero si es cierto que tienen una predisposición genética a reunirse.
-Lo mismo ocurre con los amigos de comer demasiado, comparten algo más que su buen apetito, por eso tanto para unos como para otros, funcionan de maravilla los grupos de apoyo de gente igual a ellos, porque juntos lo pueden conseguir, como “Alcohólicos Anónimos” o Weight Watchers.
-La gente susceptible de beber demasiado, se reúne con personas que están sufriendo el mismo problema, y juntos, se ayudan unos a otros, en su lucha por dejar el alcohol.
-Las personas que se meten en una espiral de comer por comer, que llega un momento en el que no se controlan y resuelven sus problemas en el frigorífico, encuentran muchísima ayuda entre amigos que están pasando por la misma situación, y en sus reuniones intercambian riquísimas recetas bajas en calorías, y hacen terapia de grupo compartiendo sus problemas.
-En cambio, los investigadores, han encontrado una relación distinta entre las personas que poseen el gen encargado de que el sistema procese sustancias ajenas, como la nicotina, es decir, que las personas fumadores, tienden a relacionarse más con personas que no fuman. Fowler sugiere que en términos de tener apoyo social, tendrían beneficio, porque al relacionarse con no fumadores, ellos fumarían mucho menos, para evitar la toxicidad en su propio ambiente.
-Existen correlaciones genéticas entre las personas de un mismo grupo social, según otro estudio de la revista Proceedings de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos.
-Parece que algo parecido ocurre con la tristeza o la alegría, yo no tengo muy claro, si es que simplemente se contagia, porque si estamos con personas alegres, nos influirá su alegría, y si estamos con personas aburridas y negativas, acabaremos deprimidísimos.
-Lo que es seguro, es que con nuestros amigos, compartimos predisposiciones hacia ciertos comportamientos, sin importar su ascendencia.
-A mi me ha hecho muchísima gracia saber que las personas muy habladoras y extrovertidas, tienden a emparejarse con personas mucho menos habladoras, porque en el amor, al contrario que en la amistad, los opuestos se atraen en el plano genético, y por eso, para emparejarnos, buscamos personas diferentes genéticamente.
-Por último, parece que esa sensación que tenemos a los pocos minutos de conocer a alguien de que nos va a caer bien o nos va a caer mal, puede estar relacionada con los genes. Sentimos rechazo o atracción de forma instintiva al conocer a alguien.
-Esa sensación de empatía cuando se conoce a alguien y se decide “me cae bien”, “me cae mal”, y que con el tiempo es la base de una amistad estable, porque elegimos a los amigos no solo porque son socialmente parecidos sino porque se nos parecen desde el punto de vista biológico y genético.
