Caminando un día un hombre, por la playa, vio a lo lejos a unos niños, que se agachaban, cogían algo, y luego corriendo lo lanzaban al mar, y así una y otra vez. Extrañado, se acercó a la orilla, y vio sorprendido que estaba todo lleno de estrellas de mar, que se movían un poquito, quizás intentando regresar al océano.
-Se dirigió a ellos, y les pregunté :-¿Qué es lo que estáis haciendo?.
-¡Estamos salvando estrellas de mar, que la marea baja, ha arrastrado a la orilla, y si no las devolvemos, se morirán enseguida por falta de oxígeno.
-Entiendo lo que intentáis, repuso, pero en esta playa tan grande, hay miles de estrellas de mar, y es imposible que os de tiempo a salvarlas a todas.¡ Son demasiadas! Y quizás, no os deis cuenta de que esto mismo está sucediendo probablemente en cientos de playas a lo largo de la costa ¡No merece la pena vuestro esfuerzo, porque no podréis salvar a todas!.
- Los niños le miraron sorprendidos, y contestaron tirando cada uno, una estrella al mar.
-¡Estas de momento, se han salvado”!
-Este cuento que he contado cientos de veces a los niños, me emociona, porque refleja exactamente la condición humana. Muchas veces no hacemos algo que nos gusta por miedo a que sea una tarea demasiado grande para nosotros, y no nos damos cuenta que el camino más largo, siempre empieza con un paso.
-Tenemos que confiar en nuestra capacidad de enfrentarnos a los desafíos básicos de la vida.
-Tenemos que tener confianza en nuestro derecho a triunfar y a ser felices, debemos grabar a fuego dentro de nosotros el sentimiento de ser respetables, de ser dignos, y de tener derecho a buscar nuestra felicidad, por los caminos que creamos convenientes.
-Si tenemos una autoestima alta, nos esforzaremos ante las dificultades, respetaremos nuestras elecciones, y exigiremos a los demás que también las respeten, aunque como el cuento de las estrellas, a ellos , les parezcan tonterías, lo que a nosotros nos parece básico.
-Se dirigió a ellos, y les pregunté :-¿Qué es lo que estáis haciendo?.
-¡Estamos salvando estrellas de mar, que la marea baja, ha arrastrado a la orilla, y si no las devolvemos, se morirán enseguida por falta de oxígeno.
-Entiendo lo que intentáis, repuso, pero en esta playa tan grande, hay miles de estrellas de mar, y es imposible que os de tiempo a salvarlas a todas.¡ Son demasiadas! Y quizás, no os deis cuenta de que esto mismo está sucediendo probablemente en cientos de playas a lo largo de la costa ¡No merece la pena vuestro esfuerzo, porque no podréis salvar a todas!.
- Los niños le miraron sorprendidos, y contestaron tirando cada uno, una estrella al mar.
-¡Estas de momento, se han salvado”!
-Este cuento que he contado cientos de veces a los niños, me emociona, porque refleja exactamente la condición humana. Muchas veces no hacemos algo que nos gusta por miedo a que sea una tarea demasiado grande para nosotros, y no nos damos cuenta que el camino más largo, siempre empieza con un paso.
-Tenemos que confiar en nuestra capacidad de enfrentarnos a los desafíos básicos de la vida.
-Tenemos que tener confianza en nuestro derecho a triunfar y a ser felices, debemos grabar a fuego dentro de nosotros el sentimiento de ser respetables, de ser dignos, y de tener derecho a buscar nuestra felicidad, por los caminos que creamos convenientes.
-Si tenemos una autoestima alta, nos esforzaremos ante las dificultades, respetaremos nuestras elecciones, y exigiremos a los demás que también las respeten, aunque como el cuento de las estrellas, a ellos , les parezcan tonterías, lo que a nosotros nos parece básico.
