Todo empezó una mañana en la que Kristi, se
llevó a su hijo a su lugar de trabajo, un albergue de Filadelfia (EE.UU), harta
de que volviera siempre llorando del
colegio porque no era capaz de leer en voz alta, y sus compañeros se rieran de él.
-Llevó al niño a su centro de trabajo y le dijo
que leyera en voz alta a los gatos,
porque estaban muy tristes y les alegraría mucho escucharle.
-El niño empezó tímidamente y muy bajito, pero
poco a poco fue recobrando la confianza en si mismo y perdiendo sus miedos.
-La madre observó que pasados unos días el niño
iba afianzando su autoestima y empezaba
a participar en las tareas de la clase, leyendo en voz alta como sus compañeros.
-Al enterarse los investigadores de la
Universidad de Tufts, comenzaron a
estudiar el caso y llegaron a la conclusión de que interactuar con las
mascotas, aportan seguridad a los niños, porque se sienten a gusto con ellos y
les consideran su fuente de apoyo.
-Los niños con problemas, después de unos meses
de esta terapia leyendo a las mascotas ,
aprenden mucho mejor, más deprisa y con mucha más ilusión .
-Buenas noches.