Los chinos inventaron la brújula hace muchísimos
años para ayudar a la navegación, pero una vez integrada en cualquier equipaje
de un aventurero, todos se dieron cuenta
de su utilidad para marcar cualquier rumbo.
-Nuestro destino no está escrito con lo que va a
pasar sino con lo que nosotros queremos que pase.
-Todos necesitamos una brújula que guíe nuestra
vida para no dar malos pasos ni perder el rumbo.
-Es importantísimo tener unos valores, unos puntos de referencia a los que
aspiramos y que queremos que forme parte de nuestro yo.
-Queremos ser tolerantes y comprensivos para que
nos duela el dolor ajeno.
-Conseguiremos una autoestima fuerte que nos
confirme que somos personas valiosas y confiamos en nosotros mismos y en
nuestras decisiones.
-Si tenemos una buena brújula, nos será más
fácil llegar a buen puerto, por eso es muy importante comparar y ver antes de decidir
lo que deseamos y a lo que aspiramos, porque nuestra palabra es una varita
mágica y nosotros decidimos lo que queremos y lo que no, lo que no sirve y lo
que es necesario, útil y práctico.
-Los buenos amigos son una buena brújula porque
vemos en ellos lo que nos gusta y ellos nos permiten que veamos lo que hacemos
mal.
-Con un buen amigo descubrimos perfectamente
nuestra propia identidad, y nuestra diversidad, porque nos proporcionan
amistad, confianza, y afinidad interpersonal sin ningún interés.
-Cuando todo funcione adecuadamente, lograremos
por fin ser los diseñadores de nuestra propia vida, y marcharemos hacia
adelante con toda tranquilidad.
-Buenas noches.