Todos necesitamos cariño; somos seres superiores que necesitamos
recibirlo, porque estamos dotados para darlo.
Nuestra necesidad de cariño, es tan grande, que personas enfermas de diferentes edades, han
mejorado muchísimo, y han elevado su energía vital, ya que ese cariño que
recibían, les hacía sentirse capaces de sanar y de aliviar sus dolores. El
ambiente de cariño y amor, cura.
-La falta de amor es tan grave que desencadena
problemas de desequilibrio psíquico.
-Las relaciones que establecemos a lo largo de
nuestra vida, las vamos salpicando de afecto, dependiendo de la afinidad que
sintamos, influye mucho también la frecuencia de esa relación, y la
reciprocidad afectiva, que notamos en ellos.
-Desde pequeños, damos afecto, y sin apenas
darnos cuenta, esperamos obtener resonancia en la persona que queremos, y que
reaccione devolviéndonos cariño también, si funciona, es el primer paso para
establecer un vínculo afectivo, como la amistad.
-El cariño, se demuestra muy bien de manera
física. Una de las mejores demostraciones de cariño que tenemos, es el abrazo.
-Un buen abrazo te consuela, te alegra, te
reconforta.
-Abrazar a las personas queridas, es una terapia
para el alma.
- Cuando abrazamos a nuestros
niños, les estamos transmitiendo un mensaje de cariño, protección, apoyo, y,
seguridad; porque los niños que no se sientan queridos, serán inseguros siempre, y, no sabrán cómo actuar en las distintas circunstancias que les
presente la vida….
-Los niños queridos, se interrelacionan muchísimo
mejor, y suelen tener una buena imagen
de sí mismos, y un buen nivel de auto-estima, ya que se sienten merecedores de cariño.
-A veces el abrazo sustituye las palabras.
Cuantos abrazos han roto un bloque de hielo que separaba a dos hermanos, a dos amigos,
a una pareja.
Abrazándose, se han perdonado y se han dejado llevar por su mutuo
afecto.
-Los niños tienen que acostumbrarse a verbalizar
los sentimientos. Tratándoles con afecto y confianza, se les hace avanzar con
seguridad por el camino de la vida, y aprenden a participar con entusiasmo en
los desafíos que la vida les presente.
-A querer se aprende, los niños que están
rodeados de personas que les quieren y que a su vez se quieren entre sí,
conseguirán distinguir claramente las relaciones apropiadas de las que no lo
son.
-Saber disculparse y pedir perdón, es abrir un
puente entre las personas que han tenido un problema, y a veces una puesta al
día sincera de los sentimientos, quita mucho dolor, evita la depresión, y la
ansiedad, y mejora el estado anímico del que lo hace.
-Creo que no debemos consentir que una estúpida
riña por cualquier tontería, arruine una preciosa relación de años.
-Una amiga mía, dice que hacen falta como mínimo
4 abrazos diarios para vivir, porque un buen abrazo nos hace sentirnos
protegidos, sobre todos a los niños y a los abuelos ( que son en eso del afecto, como niños).
-Buenas noches.