Me acaba de llamar una amiga para contarme que
regaló a su madre una tarjeta escrita de su puño y letra, con pluma en la que
ponía un título muy esperanzador.
-“Lo que más me gusta de ti, Mamá”.
-Esta madre y esta hija, se llevaban más o menos
bien, hasta que un día, hace meses, sin saber ni siquiera por qué, empezaron a
distanciarse, y ahora ella ve que su madre es una extraña, y que la gustaría
reconciliarse con ella.
-Yo la he contado que todos los años en el
colegio, además de la clásica manualidad que preparaban para regalar a su mamá; mis niños de 4ª de Primaria, escribían a mano con su mejor letra , una lista de
las cosas que les gustaban especialmente de sus mamás.
-Todos los años, las cartas eran diferentes, pero
todas acababan emocionándonos a las profesoras que las leíamos para asegurarnos
de que fueran sin faltas de ortografía, y sus madres siempre las guardaban como
un tesoro.
- Mi amiga, me dijo que no podía escribir nada
bueno, que no se la ocurría, pero, que no obstante, se iba a acostar, y que lo
pensaría y lo consultaría con su almohada.
-Yo, argumenté que intentara recordar lo que
hacían juntas, lo que sentían donde iban, cuando se reían…..que por lo menos lo
intentara.
-Ahora me manda un mail dándome las gracias, y diciéndome, que sabe lo
afortunada que es de ser la única amiga que tiene una madre, y que al final ha
hecho una bonita lista.
- Me he emocionado tanto, que voy a escribir yo la lista que regalaría a mi
madre, si tuviera la fortuna de tenerla conmigo:
-Lo que más me gustaba de ti, mamá:
-Querida mamá, estoy intentando recordar lo que
más me gustaba de ti, antes de que la vida nos separara, y creo que voy a
hacerte una pequeña lista para que te hagas una idea:
-Me gustaba cómo me escuchabas cuando te llamaba
a horas intempestivas para contarte cualquier cosa que me preocupaba, porque
según te la iba contando parecía que ya no era tan grave.
-Me gustaba cuando nos presentábamos las tres
hermanas sin avisar en tu casa, al mediodía,
y nos improvisabas sonriendo una comida exquisita.
-Me encantaba
tu reacción cuando yo te contaba que había reñido con mi marido por cualquier tontuna, y llena de ira te le
ponía verde, y que tú, siempre empezabas a decirme lo buen chico que era, lo
buen padre, lo muchísimo que me quería , lo mal que estaría yo sin él, lo horroroso que sería que un día no volviera, porque
había tenido un accidente, y un sinfín de cosas más, que conseguían, no
solamente que a mí se me pasara el
enfado, sino que al volver, siempre hacíamos las paces.
-Me gustaba pedirte consejo, porque siempre
tenías un enfoque de la vida vitalista y positivo, y en cualquier situación,
veías nuestro vaso siempre medio lleno.
-Me gustaba tenerte en el piso 11º, encima de mi
casa, y subir las escaleras de 4 en 4 para enseñarte las compras, las notas de
los niños, o para darte a probar el
redondo de ternera que tú me enseñaste a cocinar con aceitunas.
-Ha sido maravilloso tenerte como madre.
-¡Ojalá mis hijos tengan de mí el mismo recuerdo
que tengo yo de ti!.