"SI NO TIENES LO QUE TE GUSTA, HAZ QUE TE GUSTE LO QUE TIENES"
De tí depende que tu vida sea feliz,debes escoger tus ingredientes.


martes, 7 de octubre de 2014

"La Ira"


El otro día estuve bastante rato en la Clínica de la Moraleja, esperando primero para hacerme unas pruebas, y después para recoger los resultados.

-Una chica joven, me contó que había ido a recoger unas pruebas de su marido, porque  este, tenía un cliente importante, y no podía cambiar la cita.

-Al rato salió demudada, porque la doctora le había dicho que su marido tenía  mucha ira que no sabía manejar; y, que esta ira le estaba dañando el corazón, así que le recomendaba que pidiera cita urgentemente con un psicólogo para hacer una terapia psicológica en la que aprenderá a centrar sus pensamientos en aspectos positivos, con  razonamientos lógicos y justos, y así lograr  controlar sus emociones y canalizar esa ira.


- Como estaba tan   afectada, me senté a su lado y la dejé hablar, puesto que solamente necesitaba pensar en voz alta.

-Hablando sobre su marido, se dio cuenta de que ya había sido así desde que eran novios, pero que entonces a ella le hacían gracia, sus estallidos, y sus arranques, pero que ahora había estado a punto de morirse por culpa de un enfado con un cliente que había acabado en una angina de pecho.

-También la dijo que las personas tan iracundas, tienen 5 veces más probabilidades de sufrir infartos, porque la ira rompe totalmente el equilibrio del Sistema Cardiovascular, Hormonal y Nervioso.

-Charlamos un buen rato, y se marchó dispuesta a buscarle una ayuda para  que aprendiera a canalizar su ira.

-Todos hemos tenido momentos de ira, y realmente no nos damos cuenta del peligro que corremos cada vez que los tenemos.

-La ira aumenta el flujo sanguíneo en las manos, haciendo que sea mucho más fácil empuñar un arma, o liarse a golpes con  nuestro adversario.

-La ira también aumenta el ritmo cardiaco, y la adrenalina, lo que hace posible cometer acciones que en condiciones normales nunca nos atreveríamos a hacer.´

-La ira se puede desencadenar por muchos motivos, el primero y el más fácil es por frustración;

- Cuando queremos hacer algo y no podemos, o no nos dejan.

- Cuando alguien está intentando hacernos daño, cuando un ser querido nos rechaza, y por un montón de causas más….

-Nuestro lenguaje corporal,y nuestra cara , son incapaces de disimular la ira, así que una persona medianamente observadora, notará inmediatamente cuando una persona está llena de ira:

-Las cejas, se le juntan hacia abajo.
-su mirada, da miedo, porque se vuelve feroz, y los labios se estrechan tanto que se convierten en una finísima línea muy apretada.

Esta foto es del magnífico libro de Paul Ekman  “Miénteme” o como detectar mentiras,y, muestra perfectamente una cara llena de ira.

-Lo más importante es enseñar a los niños a manejar su ira, e intentar no ser nosotros con nuestra actitud los que desencadenemos sus ataques de ira.

-Una de las cosas que da más ira a los niños, es  lo que hacen sus padres cuando ellos gritan, que es, inmovilizarles sujetándoles los brazos para que se paren o para que no hagan algo.

-Es como si apretáramos el gatillo que dispara su ira. Lo mejor y lo más práctico, es tranquilizarles en voz bajita, hablar con ellos y explicarles lo que les está pasando,  por qué  les pasa, y cómo deben manejarla. Lo más importante es que se sientan seguros.

-Las rabietas de los niños pequeños, son puros ataques de ira; suelen ser llamadas de atención, de un pequeño que siente que está en peligro y que no le hacemos caso.

-Los primeros síntomas se suelen presentar a partir de los 18 meses, y algunos padres, lo interpretan como que son niños inteligentes con mucho carácter,  desgraciadamente, no ponen remedio, y suelen ser niños que se sienten desgraciados y  desprotegidos, porque creen que no les hacen caso ni atienden a sus necesidades.

-Sufren ataques de rabia, o rabietas porque son incapaces de manejar sus emociones; por eso necesitan que sus padres o sus cuidadores, les abracen y les calmen.

- Los niños que se sienten a gusto, acaban diciendo lo que les pasa, o lo que quieren, y poco a poco van aprendiendo a comportarse adecuadamente en esos momentos.


Todos tenemos a veces mucha ira, pero es muy difícil  que acertemos y nos enfademos con la persona adecuada, en el grado exacto, en el momento oportuno, con el propósito justo y del modo correcto como muy bien decía Aristóteles.