A pesar de los gafes pronósticos de “weather.com” Turín ha amanecido soleadísimo. A las 6:30 de la mañana, hemos salido para esperar la cola de la síndone con entrada reservada en un maravilloso bosquecillo detrás de la catedral de San Giovanni Battista (Duomo). Funciona perfectamente gracias a un montón de voluntarios (médicos, enfermeras, economistas, abogados, funcionarios, jubilados, estudiantes, amas de casa y un sinfín de etcétera) que trabajan desinteresadamente durante muchas horas para conseguir un ambiente ordenado y respetuoso a pesar de la multitud que se junta en este evento único y tan esperado.
Tras un agradable recorrido bajo carpas blancas decoradas con carteles de cuadros sobre la sábana santa y con un constante canto de pájaros. Se entra en una gran sala donde se proyecta una película de altísima calidad en la que los científicos explican detalladamente con imágenes de la sábana el tremendo martirio al que fue sometido Jesús de Nazaret. No hay palabras... hay que verlo.
Después, al entrar en la iglesia, se hace el silencio más absoluto sin necesidad de que nadie lo ordene y 180 personas pasamos muy lentamente (en tres alturas) a contemplar de cerca la vitrina que expone la sábana. Hemos tenido la suerte de que nos ha tocado la altura del medio y justo enfrente de la síndone dónde nos hemos podido parar durante unos minutos a ver de cerca las impresiones de la sábana. Se podían hacer fotos sin flash.
La Sábana Santa de Turín es un lienzo de altísima calidad, que confirma lo que cuentan escritos y tradiciones de la posición social que disfrutaba José de Arimatea ( que fué el que llevó la sábana y recogió a Jesús, después del tremendo calvario).
Si todos los indicios de dicho lienzo nos llevaran a que realmente perteneció a Cleopatra, Napoleón o Felipe II ( por poner algunos ejemplos) no habría tantas dudas y ya estaría reconocido por todos y hasta en los libros. Pero al tratarse de Jesús de Nazaret,dicen que todo son creencias y tonterías.
Sebastiano Rodante en 1989, en su trabajo de investigación orientado para obtener manchas de sangre como las que aparecen en las fibras del lino de la Sábana, demostró que pasadas 36 horas, inexplicablemente el cuerpo dejó de estar en contacto con el lienzo.
( Nosotros sabemos el motivo, Jesús, subió al cielo y al tercer día resucitó.)
Yo estoy segura de que la sábana es auténtica y pienso que a pesar de todos los inconvenientes que nos surgieron para que no hiciéramos este viaje, lo hicimos, porque siempre hay que intentar perseguir los sueños y las cosas que nos dan felicidad, y creo que cada uno según sus circunstancias debe intentar hacer las cosas que le hagan feliz.
No debemos tener en cuenta la opinión de los demás, porque jamás todos estarán de acuerdo con nosotros. Yo siempre les digo a mis alumnos, que ni siquiera el jamón serrano, ni el chocolate le gusta a todo el mundo.
