Por la mañana Turín ha amanecido despejado y hemos estado desayunando en un precioso café en la plaza donde está el “Museo Del Resurgimiento Italiano”. La gente que pasaba por delante de nosotros llevaba ropa de muchos colores, cosa que nos ha llamado la atención, pues últimamente parece que todos tendemos a vestirnos con colores oscuros.
Hoy hemos encontrado muchísima más gente visitando “la Síndone”, probablemente porque es lunes y aquí los lunes cierran todos los museos, parece que la ceniza del volcán está menos peligrosa porque ayer por la tarde volvieron a abrir el Aeropuerto De Turín, y ha podido venir más gente.
Nos ha sorprendido lo "caraduras" que son los turineses, porque cuando subimos al tranvía (los billetes se compran en los estancos a 1 euro cada 2 billetes) los únicos que pagamos somos nosotros . Hay un aparato como en Madrid que metes el billete y hace clik, pues en todos los trayectos los únicos cliks que se oyeron fueron los nuestros, a pesar de que según dicen de vez en cuando sube un revisor que les pone una sustanciosa multa.
Por la tarde ha empezado llover y nos hemos encontrado sin paraguas bajo un repentino chaparrón, cosa nada grave en Turín ya que cuenta con 18km de aceras porticadas llenas de cafés y tiendas preciosas para mirar y comprar. Estuvimos en una librería, y compramos unas postales, señaladores...etc, bueno, pues las señoras tan finas se colaban como si nada diciendo scusi....claro que mi guía de Turín advierte de que aquí no es costumbre hacer colas, y el turno lo marca la intuición del dependiente .¡Menos mal que la gente es tan simpática que hace que se te olviden estas cosas!...
Los cafés del centro son antiguos y elegantes con un cierto aire parisino. Te sirven un exquisito chocolate, que junto con las heladerías van a poner en peligro nuestra línea .
Estoy mirando mi plano, y veo que solamente nos hemos movido un poquito por el centro . Necesitaríamos por lo menos 2 semanas más para conocer bien esta ciudad.
