Hoy es un día
de esos en los que noto que estoy llorona. Todos necesitamos llorar de vez en
cuando, y la verdad es que después de una buena “llantina”, nos quedamos
nuevos.
-Sigmund Freud,
creía que llorar es una buena forma de liberar la energía de las emociones que
no han sido canalizadas, y desde luego todos los que lloramos sabemos que
tienen efecto calmante.
-Cuando
lloramos porque ya no podemos más, tras haber tenido una serie de episodios que
nos han preocupado, entristecido, asustado; esas lágrimas que derramamos, están
llenas de prolactina, adrenocoryicotropina, y leuencefalina, que nos van a
dejar el cuerpo purificado de esas sustancias que hemos formado, debido a una gran carga emocional.
-Mi madre que
era una mujer muy lista, decía que cuando llorábamos mucho, era porque estábamos
muy cansados, y lo arreglaba bañándonos, dándonos un Cola Cao calentito, un besito, y
metiéndonos en la cama, y a la mañana siguiente, nos despertábamos como nuevos , sin acordarnos para nada del llanto.
-Mi amiga Irene
Cicero, que era una gran psicóloga, sostenía que las personas que nos atrevemos
a expresar nuestra tristeza llorando,
tenemos un mayor equilibrio emocional, que las que se saben controlar
escondiendo sus sentimientos.
-Esto me tranquiliza, porque yo tengo un lenguaje corporal tan claro, que todo el mundo nota al instante si estoy bien o mal, aunque me esfuerce por disimularlo
-Hay un
proverbio irlandés que dice: “Las lágrimas derramadas, pueden ser amargas, pero
son mucho más amargas las que no se derraman”.
-Es curioso
saber que se llora más en invierno que en verano, y que en los países fríos, se
llora mucho más que en los cálidos, quizás porque el frío entristece…..no sé......
-El caso es que
yo estoy más tranquila después de llorar, así que me voy a tomar un Cola Cao
calentito y me voy a acostar como cuando era pequeña, y mañana seguramente
amaneceré como una rosa.
-Termino con
una frase del gran filósofo Séneca, que
afirmó: “no hay mayor causa para llorar
que no poder llorar.
-Buenas noches