Esta mañana mi marido en el desayuno ha empezado a decirme las desgracias que nos van a ocurrir a los españoles porque hemos gastado más de lo que ingresábamos debido a una mala gestión. Esto se ha agravado por la cantidad de paro que tenemos y la descomposición de las instituciones políticas como los tribunales de justicia y algunos gobiernos autonómicos. Tiene toda la razón, porque estamos en un momento peligroso, pero si yo no puedo hacer nada es cansadísimo y me da mucho stress.
-Yo le he dicho que es un Jeremías, que últimamente solo habla de desgracias.
Jeremías fue un profeta hebreo que fue llamado por Yahvé para avisar a los israelitas que si no volvían al buen camino, les iban a suceder cosas terribles….
Después de que se le apareciera Yahvé, compró un jarro de cerámica, y cuando estaba rodeado por una multitud que le escuchaba, gritó:
“Pienso traer sobre este lugar una desgracia”…..
Entonces tiró con fuerza el jarro estrellándolo contra el suelo delante de la gente y dijo:
-“Quebrantaré yo a este pueblo y a esta ciudad como quien rompe un cacharro de alfarería, que ya no tiene arreglo.
Le dieron una paliza y le encarcelaron. Pero al salir, volvía a las andadas.
No me cabe duda que Jeremías estaba convencido de que hacía bien…….
Según una tradición fue el que ocultó El Arca de la Alianza en una cueva del monte Nela. El pobre Jeremías tuvo una gran depresión, porque todo el mundo le insultaba.
Todas sus profecías las escribió en un libro (dicen que todas se cumplieron), y al final
Le mataron y quemaron su libro de profecías.
-La verdad es que la moraleja no es muy buena. Es mejor no ser Jeremías. Vamos a actuar como si las cosas se fueran a arreglar o estuvieran en camino de arreglarse.
-Ser positivo no hace daño a nadie , y ser Jeremías………
