Todos estamos consternados por la muerte de una niña de trece años a manos de una compañera de instituto. Estamos viviendo unos momentos de desconcierto. Muchos jóvenes carecen de valores. Los padres les tienen miedo, muchas veces no se atreven a decirles que no, por no parecer anticuados. No creo que sea sano tanto ordenador y tan poca familia. Cenando con los padres hay tiempo para comentar el día, para discutir, para quejarse. A veces piden ayuda a su manera y los mayores no captan las señales. La única manera de saber qué les está pasando es hablar con ellos y que te cuenten. Yo soy profesora y he hablado con muchos padres durante muchos años y últimamente se les nota mucho más permisivos porque "no hay más remedio", "todos los chicos lo hacen".........
El amor a los hijos se demuestra ayudándoles a encontrar el camino. Es imprescindible que aprendan unas normas sobre lo que está bien y lo que no está bien. No se puede consentir que dos niñas se peguen. Hay que evitarlo de cualquier manera. La violencia sólo engendra violencia y si se pegan en el instituto, habrá que hablar sobre ello, castigarles y que el director de ése colegio tome las medidas oportunas. No se puede consentir que maltraten a una compañera porque "no es popular" o porque no sigue sus pautas. Todos somos un poco culpables porque sabemos que cada vez los chicos tienen menos claro lo que pueden y lo que no pueden hacer. Se creen que todo vale, que nosotros no entendemos. Hay que empezar a enseñarles de pequeños, cuando es fácil controlarlos, porque si no han tenido normas en su momento es muy difícil implantarlas de pronto y menos, en la adolescencia. Nosotros les hemos traído a este mundo y les tenemos que enseñar a andar por el.
