Soy el escándalo de los jóvenes. No se explican que me siga gustando mi iPod shuffle. Cuando me lo regaló mi hijo Daniel, me pareció que era la cosa más mona que había visto. Enseguida me grabó desde Rocío Jurado hasta Alaska : tuve un apartado especial para el doctor Escudero con su Noesiterapia y las relajaciones tan prácticas en momentos de insomnio, nerviosismo o cansancio..... Cuando me iba a ir a Tenerife y me preocupaba la arena de la playa. Me compró una funda de plástico duro transparente que se cuelga al cuello y que es comodísima. Puedo escuchar la música`por orden´ o `aleatoriamente´, y para colmo en el pack, también me vino un cargador (ahora dirán que prehistórico pues es un cargador con dos pilas de pitillo para recargar la batería en caso de emergencia)y quedarte sin batería en la playa es una gran emergencia. Solo tengo que poner un pero a la funda, pues se me han roto los cierres de varias (ya voy por la tercera) porque la uso mucho en Madrid en el gimnasio. Ultimamente me han grabado las interesantísimas "Noches en Blanco" de Miguel Blanco de la que me he hecho "fan" gracias al iTunes, porque es un programa que se emite a medianoche y no lo podría oir en directo. Hace un año me regaló el iPod nano, que es estupendo pero lo uso para otras cosas. Comprendo que es más cómodo porque tiene una pantalla enorme donde puedes leer lo que quieres oir e incluso unos cascos de collar tan cómodos como mi funda y otros con un mando comodísimo que hasta puedes oir la radio. Yo lo utilizo básicamente en casa en la cocina. Lo pincho en su altavoz y escucho "El Secreto" y mis programas favoritos mientras pelo patatas, judías ,hago redondo o navego por internet.
Yo soy de una generación conservadora que nos duele tirar algo que funciona. Me han dicho que los nuevos modelos son la "bomba" que hablan y te dicen sin tener que mirar ni pararte si estás haciendo ejercicio lo que vas a escuchar. Me alegra mucho ese invento que se maneja solo con la voz, por los ciegos, que van a poder disfrutar de esta maravilla que te permite acceder a tantas cosas, incluso podrán grabarse sus audio-libros. A mí a estas alturas de mi vida me encanta pararme a elegir mi música o mi programa y volverme a parar si cambio de idea porque ya no quiero tener prisa.
