"SI NO TIENES LO QUE TE GUSTA, HAZ QUE TE GUSTE LO QUE TIENES"
De tí depende que tu vida sea feliz,debes escoger tus ingredientes.


domingo, 22 de junio de 2014

"Pensar Lo Que Se Dice"



Creo que es muy importante que pensemos en lo que vamos a decir antes de decirlo, porque : “palabra suelta , no tiene vuelta”.


-Las palabras tienen muchísimo poder, y a veces cuando discutimos, o estamos enfadados, decimos cosas sin pensar que pueden herir gravemente a la persona que se lo hemos dicho.

-La mayoría de las veces esas palabras dichas en momentos de ira, de enfado, de malhumor, no son exactamente lo que pensamos, sino que están exageradas por nuestro momento personal, y suelen ser injustas, y si se las hemos dedicado a alguien que está pasando por un mal momento, pues terminaremos de hundirle, por  culpa de una rabieta  sin sentido; por eso debemos pensar siempre lo que vamos a decir, antes de decirlo.

-Mi amiga Josefina me mandó un cuento con moraleja que trata de esto, así que os lo voy a contar.
Clavos en la reja.

-A  un niño  que tenía muy mal genio, su padre le regaló una caja de clavos y un martillo, diciéndole que cada vez que se enfadara tanto como para perder el control, tenía que clavar un clavo en la parte trasera de la reja que era de madera.

-El primer día, el niño gruñón, clavó hasta 37 clavos, así que empezó a tener un poco más de cuidado, y a intentar controlar su rabia.

-A  pesar de todo, durante las siguientes semanas, siguió clavando y clavando, aunque cada vez clavaba menos.
-Por fin, llegó el día en el que no tuvo que clavar ningún clavo, así que se lo contó muy orgulloso a su padre, y este le sugirió que por cada día que se pudiera controlar, cogiera el alicate, y sacara un clavo….

-Pasaron los días, y el niño comunicó a su padre que ya no había ni un solo clavo en su reja.

-El padre le tomó de la mano, y le acompañó hasta el lugar donde estaba la reja en la que estuvo tanto tiempo clavando sus clavos.

-Una vez allí, le dijo: “Hijo mío, estoy orgulloso de ti has hecho muy bien lo que te dije, y te has conseguido controlar, pero mira estos hoyos de la madera de detrás de la reja”.

-“La reja, ya nunca volverá a ser la misma”.
-Cuando insultas u ofendes con rabia, tus palabras dejan en la persona que se las has dicho, unas cicatrices como las que tú has dejado en la reja.

-Aunque pidas perdón, la herida que hiciste con tus palabras, dejará cicatriz.

-Una herida verbal, es tan dañina como una física.

-Así que terminaré este cuentito con una frase de Quino, el genial escritor e ilustrador padre de mi querida  Mafalda:

-“No es necesario decir todo lo que se piensa, lo que si es necesario es pensar todo lo que se dice”