Hoy 23 de
Julio, es el cumpleaños de mi marido Félix, se ha levantado muy contento y le he contado nuestros planes de celebrarlo comiendo en casa con nuestro hijo Félix y los niños Natalia y Alvarito.
-Este año
no hemos coincidido todos, porque Gema
está en Florencia, Daniel sigue en
París, y Raquel tenía muchísimo trabajo, pero como a mí no me gusta nada
posponer las cosas buenas, no les hemos esperado, y si quieren lo volvemos a
celebrar otro día, cuando Daniel venga
de vacaciones, y puedan todos.
-Como hace
tantísimo calor, he hecho ensaladilla rusa, porque les gusta mucho a todos, y
la verdad es que me ha quedado riquísima. Félix ha comprado una tarta de
chocolate , y los niños le han puesto 4 velas a su abuelito, porque solo una
vela , decía Natalia que era poquísimo, y Alvarito asentía muy convencido, ante
algo tan obvio, mientras su abuelo, se partía de risa.
-Los niños, si nos fijamos casi siempre tienen razón, porque las tartas con varias velas suelen ser más bonitas
-Félix padre
está muy contento, le ha llamado mucha gente a felicitarle, y a todos les dice que tiene todo lo que pueda desear, que no
necesita pedir nada más, porque se siente muy feliz en estos momentos de su
vida.
-Yo, a pesar de todo, le he regalado un polo de Pedro del Hierro de color
morado, que le sienta muy bien y le favorece mucho.
-Raquel, nuestra nuera, le ha
comprado una camiseta deportiva, con la que se encuentra “la bomba”, je, je.
-Ha posado con
ella puesta en el salón, en plan cachas, para mandársela al Whatts App “Familia”, y se le ve encantado…..
-Las comidas en
familia y con niños son muy agradables, porque como dice María , los niños son
la alegría de la casa, y estos dos, se ríen tanto que Natalia acaba casi
siempre con hipo de tanto reírse.
-Me estoy
abanicando todo el rato, y los niños están a mi alrededor, queriéndome coger el
abanico. Natalia ha aprendido enseguida, pero Alvarito, que es más pequeño, se
empeña en abrirlo a contramano, (con un gran peligro de rotura), así que su
padre se lo ha quitado, y le ha dicho
que lo trate con cuidado, porque es muy ligero y fino.
Antes de
despedirle, y como le he notado un poco apesadumbrado, le he dicho que le
prometo que el próximo día que vuelva a mi casa, le enseño yo, tarde lo que
tarde, a abanicarse bien , porque ese día nadie va a tener prisa.
-Ahora se han
ido con su padre y su abuelo a seguir celebrándolo en La Vaguada, y de paso me
van a comprar un ventilador de pie , de esos que giran, porque me ha prohibido mi
cardiólogo poner el aire acondicionado con mi catarro, y Madrid en estos
momentos es un horno tremendo.
-Buenas noches.