(He puesto
este dibujo de la maestra porque me encanta)
Ser
profesora de Primaria, requiere mucha vocación, y mucha responsabilidad, porque
los niños pequeños son cera en nuestras manos, pero tiene muchísimas ventajas que la gente
desconoce, ya que trabajamos con niños, lo suficientemente pequeños como para
estar llenos de fantasía, de un cierto inconformismo, de una gran capacidad de
ilusionarse, y de muchísimo amor.
-Yo he
trabajado 32 años como profesora en el British Council School de Madrid, y he sido
muy feliz, porque no ha habido un solo día en estos 32 años en los que a pesar
de tener días duros, no haya habido algo que me haya hecho sonreír, o me haya emocionado,
por eso nunca he vuelto a casa malhumorada, sino que casi siempre iba llena de
anécdotas divertidas, ya que trabajar
con los pequeños, nos hace ser mejores
personas, y sentirnos s jóvenes.
-Uno de los
motivos por los que yo empecé a escribir este blog, fue que tuve que dejar el
colegio 9 años antes de jubilarme por motivos de salud, después de una cirugía
cardiaca, porque al reincorporarme a clase,( como estos pequeños son auténticos
sacos de virus), tras una cirugía
cardiaca, cogí 4 bronquitis y tres gripes, y mi cardiólogo me dio un ultimátum, así que
decidí apostar por mi salud, y como me quedé muy triste, empecé a escribir el blog, y sigo disfrutando
mucho haciéndolo, sabiendo que tantísima gente me sigue, porque les gusta
leerme.
-Esta
mañana, estando en mi habitación del Hospital La Moraleja, llamaron a la puerta y entró un chico joven, con
ropa de quirófano, y me dijo: ¡Miss Paloma!, he oído que estabas ingresada y he venido enseguida a
verte.
-Yo me he
quedado pasmada, porque era un alumno de 3º o 4º de Primaria, Pedro Alvarez de
Sierra, que sigue teniendo la misma cara
de niño de 8 años, aunque tenga 30, y sea un importante Cirujano General y del
Aparato digestivo.
- Estaba
conmigo acompañándome mi hermana Maria José, que también le había dado clase de
matemáticas, porque ella da a chicos mayores, y las dos nos hemos emocionado.
-Una de las
satisfacciones que nos da la vida a los maestros, es ver que estos niños y
niñas a los que enseñamos, han aprovechado bien sus oportunidades, y han logrado
conseguir sus sueños.
- Yo, en
este hospital, ya tengo dos alumnos muy listos, Pedro, y Elena Góngora mi
hematóloga, una niña cariñosa y amable que es una gran profesional y a mi me cuida mucho.
-Estoy muy
contenta de que me recuerden con cariño, y de que hayan conseguido terminar las
carreras que soñaron, porque me hace
pensar que cuando eran pequeños, puse mi
granito de arena en ese gran camino.
-Buenas
noches