Muy a menudo nos quejamos de que nuestro móvil
no nos deja descansar con sus alertas, sus avisos de mensajes y sus llamadas, y
despotricamos varias veces al día; en
cambio, cuando estamos malos, tristes, o desanimados, cada llamada nos produce una gran alegría.
-Esta mañana me han llamado varias amigas
interesándose por mi salud, y hemos
charlado y nos hemos reído, porque con las amigas hay un lenguaje especial, que
sabe interpretar los silencios como si fueran gestos.
-Los WhattsApps que me están mandando, son de
dos clases, unos de cariño y ánimo, y otros de tontunas que me hacen reír…..
-Así que nunca nos hubiéramos imaginado, lo que
nos alegrarían estos pequeños mensajes cuando los recibimos.
-Mis sobrinos Rafa y Silvia, me han traído una
flor preciosa, dentro de una enorme taza, que me ha hecho mucha ilusión, y Mima
una azalea roja, y, Gema una orquídea, así
que esto parece un jardín.
-Me he traído mi diario para apuntar mis cosas
porque si no, luego se me olvidan.
-Los correos son tantos que ni siquiera he
podido leerlos todos, y desde aquí os pido perdón y os agradezco mucho vuestro
cariño.
-Espero que cuando vuelva a casa dentro de unos
días, esto será un tema de conversación y una oportunidad para echarnos unas
risas recordándolo.