-La vida nos obliga muchas veces a fingir, a
disimular nuestros sentimientos, nuestro estado de ánimo para no ofender, así
que por una u otra razón, todos somos unos maestros de la simulación, ya que
llevamos practicándola muchos años.
-Muchas chicas jóvenes, que son esclavas de su linea, afirman casi siempre que comen de todo, ante la frustración de sus amigas gorditas, que jamás las han visto comerse algo tan corriente como una hamburguesa.
-Estas cosas van por modas, porque lo que antes
estaba mal, ahora es estupendo, y a la inversa.
-Una amiga, que siempre bromea sobre su vida, fue
el otro día al psicólogo porque tiene miedo de caer en una depresión, y la dijo
que lo mejor es fingir que todo sigue
igual, como ha estado haciendo hasta ahora.
-Fingir confianza en uno mismo, ayuda a tenerla,
y si sonreímos, no podemos estar tristes, porque la sonrisa es algo
incompatible con la pena.
-Desde pequeños nos han enseñado a disimular
nuestro asco, cuando nos invitaban a comer algo que no nos gustaba, y todos
tenemos mil y un trucos para que no lo noten.
-A casi nadie le gustan ese tipo de personas que
primero te dicen que ellos son muy sinceros, y automáticamente te sueltan una
coz que te deja helada.
-Mi madre nos decía, si no tienes nada agradable
que decir, no digas nada.
-Los psicólogos, mantienen la teoría de que para
ser feliz , hay que actuar como si ya lo fuéramos, para que nuestro
subconsciente se confunda y segregue endorfinas a diestro y siniestro que nos
alegren un poco la vida.
-La gente finge una cultura que no tiene, porque
si se pone de moda una novela, resulta que todo el mundo la ha leído, y si
resulta que tú, que si la has leído, le preguntas por algo concreto, se queda
sin palabras, y te das cuenta de que es mentira.
-En Gran Bretaña, hicieron en el año 2013 un estudio sobre las aficiones lectoras de la
gente, y llegaron a la conclusión de que el 60% mentía cuando afirmaba que habían leido a los clásicos.
-La vida nos obliga muchas veces a fingir delante de nuestras amigas, a
disimular nuestros sentimientos, nuestro estado de ánimo para no ofender, así
que por una u otra razón, todos somos unos maestros de la simulación, ya que
llevamos practicándola muchos años.
-Nos preocupa mucho la opinión de los demás,
aunque juremos y perjuremos que no es cierto, y siempre que estamos ante
cualquier grupo que nos importe, intentamos
representar nuestro mejor papel, o mostrar nuestra mejor cara.
-No siempre queremos verbalizar lo que nos
ocurre, por eso fingir, nos proporciona un colchón protector para evitar tener
que analizar situaciones para las que a lo mejor no estamos preparados.
-Ahora mismo, en cuanto termine mi blog, yo me
voy a acostar, y no pienso decir que estoy cansadísima. Que llevo dos días sin
parar, sino que diré, que me siento un ratito en la cama, para contestar a
muchos correos desde mi IPad.
-Buenas noches.