Todos sin excepción actuamos de distinta manera
con diferentes personas y en diferentes situaciones.
-El otro día, volviendo a casa con mi hijo
Félix, comentamos lo agradable que era un amigo nuestro; yo hice hincapié en
que es uno de los hombres más amables y simpáticos que conozco, por lo que creo, que debe ser muy agradable trabajar
con él.
-La respuesta de mi hijo, me sorprendió, y es la
que me ha dado pie a escribir esta entrada, después de reflexionar sobre ello.
-Mamá, me contestó, este señor, es muy
simpático, pero contigo siempre
representa su mejor versión….
-Todos representamos diferentes papeles
dependiendo de muchos factores.
- Actuamos para los demás, y si nos paramos a pensar, no actuamos igual
con nuestro marido o mujer que con las amigas o amigos, ni hablamos de las
mismas cosas, así que todos tenemos muchas facetas muy diferentes.
-La necesidad de presentar nuestra mejor imagen,
nos hace esforzarnos mucho delante de determinadas personas, o en determinadas
ocasiones, porque lo que piensen ellos, nos importa.
-Somos una suma de herencia genética, y, ambiente familiar, social y cultural en el que
vivimos.
-Lo duro, es que gran parte de nuestra vida,
depende de cómo seamos juzgados por los demás, por eso, no es de extrañar que
la mayoría de las personas coloreemos nuestra personalidad, de la manera más
atractiva posible.
-La forma que tenemos de presentarnos ante los
demás, revela también nuestra necesidad de reafirmar nuestra auto estima, y de
sentirnos bien con nosotros mismos.
-Todos decidimos estar lo más atractivos
posibles, porque no solo nos gusta estar bien y tener buen aspecto, sino que
también buscamos aprobación, como cuando éramos niños, ya que la aprobación de
los otros, nos da mucha seguridad, y, protege nuestro concepto positivo de nosotros
mismos; por eso siempre queremos tener una apariencia agradable.
-El hecho de que controlemos la forma de
presentarnos ante los demás, no es mala ni negativa, ni supone que seamos
manipuladores, vanidosos o tontos.
-Prestar atención a la impresión que causemos en
los otros, es sano y muy útil, ya que nos ayuda a adaptarnos a convivir y a beneficiarnos de
ciertas situaciones.
-Cuando estemos seguros de que somos como
queríamos ser, entonces ya habremos conseguido nuestro objetivo vital.
-Tenemos que querernos, valorarnos, pensar que
tenemos muchísimos dones, sonreír y ser
felices.
-Buenas noches