Cuanto más sabemos de nuestro cerebro y de nuestros genes, más interesantes resultamos.
-Un equipo de investigadores, formado por psicólogos, genetistas, médicos, científicos…etc., han llegado a la conclusión de que:”Hay influencia genética en las diferencias de comportamiento altruista de la gente, porque hay diferencias en su ADN, que están relacionadas con su modo de comportarse”
-El doctor Ariel Knafo y su equipo de la Universidad Hebrea de Jerusalén, realizaron una prueba de laboratorio, con 203 individuos a los que se les entregaba la misma cantidad de dinero en metálico, diciéndoles que debían decidir libremente, si se la quedaban o si la compartían con otros. Al terminar el experimento y analizar los resultados, observaron sorprendidos que todas las personas que estuvieron dispuestos a compartir su dinero, incluso a donarlo, eran portadoras del gen AVPR1, que estimula la liberación de una hormona llamada “Arginina Vasopresina”, que actúa a su vez en un área cerebral que favorece el comportamiento altruista.
-El profesor Richard Ebstein, el experto en genética del equipo investigador, explicó que todos aquellos que mostraron una actitud generosa, tenían el gen llamado “Arginina Vasopresina Receptor IA” de una forma más alargada que el resto de las personas.
-En otra investigación posterior, observaron que los niños autistas tienen ese gen mucho más corto, lo cual explica la base genética de una actitud cuya característica básica es una alteración en la dinámica de la comunicación.
-Confío mucho en los investigadores y espero que en un futuro próximo puedan arreglar ese gen en los niños autistas.
-Yo, personalmente aconsejo que los jóvenes que aún no se han enamorado, procuren asegurarse de que su pretendiente tiene ese gen de la generosidad, porque una persona egoísta y roñosa (que es lo contrario de altruista y generosa), hace a su pareja muy desgraciado, y vamos comprobando que es muy difícil cambiar.
