Es curioso, que la gente suele creer que los recuerdos son: “Una reproducción fidedigna de lo que sucedió en realidad”. Como si nuestro cerebro tuviera un disco duro de memoria.
-Ebbinghans, el precursor de los estudios sobre la memoria, descubrió que los recuerdos almacenados a los que llamó “pista mnémica” empiezan a deteriorarse y a perder exactitud transcurridos unos minutos.
Sabemos a día de hoy y tras miles de investigaciones hechas y comprobadas, que los recuerdos son una reconstrucción del pasado, pero una reconstrucción tendenciosa, en la que se incorporan toda clase de elementos nuevos: informaciones sobrevenidas después, argumentos para contemplarse uno mismo con una luz más favorecedora…etc
-La mayoría de las cosas que recordamos, no se ajusta exactamente a la realidad de lo que pasó, sino que la hemos ido adornando según nos ha convenido.
- Cuando mataron en Dallas al Presidente Kennedy, preguntaron a un gran grupo de hombres y mujeres de distintas edades y clase social:
-¿Dónde estaba usted cuando mataron al Presidente? Y se guardaron las respuestas.
-Años después los psicólogos de la Universidad de Emon, decidieron verificar este extremo, y al hacerlo tropezaron con falsificaciones y distorsiones asombrosas.
-Comprobaron sorprendidos que prácticamente todos los informantes habían reinterpretado y cambiado a su antojo aspectos esenciales del suceso.
-Esto nos viene a decir que muchos de los recuerdos que creemos que tenemos perfectamente grabados son bastante diferentes a como los recordamos.
-Por eso, es mejor no machacarnos con terribles recuerdos que seguramente no son ni la décima parte de terribles que creemos recordar. Tenemos que madurar y cerrar la bolsa de basura de las malas experiencias (que encima no son tal y como las recordamos,) y saludar a nuestro presente lleno de planes y expectativas.
-La vida será como nosotros queramos que sea. Es como el cuento del barquero. Encontraremos adonde vayamos, exactamente lo mismo que dejamos, pues la gente es tu espejo y te da lo que lanzas.
-Elizabeth Loftus ha analizado la experiencia de más de 20.000 personas durante 25 años, y ha llegado a la conclusión, de que las personas que adoptan falsos recuerdos, no son ingenuos ni enfermos sino que son personas que se han inventado poco a poco escenas inexistentes, por el simple hecho de ver una foto, y contarles una historia.
-Empecemos de nuevo a valorar todos nuestros bienes y dejemos al pasado descansar en paz, valorando todo lo que tenemos antes de que sea demasiado tarde.
