"SI NO TIENES LO QUE TE GUSTA, HAZ QUE TE GUSTE LO QUE TIENES"
De tí depende que tu vida sea feliz,debes escoger tus ingredientes.


jueves, 21 de octubre de 2010

"El Violinista"



Me ha mandado mi amiga Chus una noticia que me ha parecido muy interesante y la quiero compartir.
- El periódico “Washington Post” llevó a cabo un curioso experimento, cuya finalidad era calibrar el gusto artístico del ciudadano medio americano.
-Para llevar a buen término su experimento, convencieron a uno de los más grandes y prestigiosos violinistas del mundo Joshua Bell, para que vestido con vaqueros, una camiseta sencilla, una gorra de beísbol y llevando consigo, su violín de 3 millones de euros, bajase a las 8 de la mañana hasta uno de los andenes de la estación de metro de LÈnfant Plaza, epicentro del Washington federal, entre decenas de personas cuyo único pensamiento era llegar a tiempo al trabajo.
-Los promotores de la idea, querían saber si los usuarios del metro, sabían distinguir el sonido de un concertista de violín de calidad excepcional del de un sencillo músico callejero.
- Las preguntas que se hacían eran:
-¿Podemos en un ambiente cotidiano, y a una hora inusual, apreciar la belleza?
-¿Nos pararíamos a apreciarla?
-¿Podemos reconocer el talento en un contexto inusual?
A la entrada del metro, una mañana de enero, a las 8 de la mañana, se situó el violinista durante 45 minutos.
-Empezó interpretando a Bach, luego tocó el “Ave María” de Schubert, siguió con Manuel Ponce y Massenety, finalmente, Bach de nuevo.
-Pasaban cientos de personas ante él, camino de sus trabajos.
-Un anciano, se detuvo unos minutos, y luego reemprendió su camino. Una mujer, más tarde, sin siquiera mirarle, le lanzó un dólar a la caja del violín. Un hombre, se paró un momento, pero mirando su reloj, se fue rápidamente, porque llegaba tarde.
-El mejor oyente, fue un niño de unos 4 años, que se paró fascinado ante la belleza de la melodía. Su madre le agarró con fuerza, y siguieron andando, pero el niño se resistía, y seguía mirando al músico hasta perderlo de vista.
-El músico siguió tocando, y durante los 45 minutos que duró su concierto, tan solo 7 personas se pararon a escucharle, pero todos muy brevemente, solo le reconoció una mujer que había estado en uno de sus conciertos. Muchos, le echaban dinero, pero ni siquiera le miraban.
-Reunió 32 dólares y 17 céntimos- donados a la beneficencia. La cifra está muy lejos de los 100 dólares que los amantes de su música pagaron tres días antes por asientos buenos (no los mejores) en el Boston Symphony Hall, que registró un lleno completo. , pero nadie le miró cuando dejó de tocar.
-Nadie le aplaudió.
-Visto desde el objetivo de la cámara que lo grabó, el resultado del experimento impresiona, casi corta la respiración.
Pasaron delante de él 1.071 personas. La mayoría ni torció la vista, algunos le miraron de soslayo y no llegaron a 10 los que se detuvieron ante el maestro.
-Tocó en los pasillos del metro, algunas de las más difíciles partituras que jamás se han escrito, y todo ello…
-¡¡con un Stradivarius del año 1713 valorado en tres millones y medio de dólares!! Y único en el mundo.
- Las conclusiones del experimento podría ser:
-Si no somos capaces de detenernos unos segundos a escuchar a uno de los mejores violinistas del mundo, cuando interpreta una maravillosa partitura, ¿Cuántas cosas extraordinarias nos estaremos perdiendo diariamente por no saber apreciarlas?.
El mundo es hermoso, la belleza nos rodea constantemente, pero no solemos apreciarla. Estamos obsesionados con la prisa, y no tenemos establecido un orden de prioridades razonable. Anteponemos cosas que no tienen ningún valor,( y que no nos aportan ningún enriquecimiento espiritual), a la música, que es una de las cosas que más nos serena el alma y enriquece nuestro espíritu.
-El experimento muestra de forma terriblemente clara el comportamiento automático y abstraído del ser humano en las grandes ciudades.
-No cabe duda de que “! La belleza se encuentra en el ojo de quien la mira y en el oído de quien la escucha”.