No tenemos más remedio que aceptarnos, y en
cuanto lo hagamos, seremos mucho más felices y mas fuertes emocionalmente, porque no nos
afectarán tanto las emociones negativas.
-Lo primero que tenemos que hacer es intentar ser
menos vulnerables, y no consentir que
las cosas nos afecten hasta el punto de que una simple riña, se agrande y se
transforme en rabia y en ira, y que desemboque en una depresión que nos impida hacer vida normal.
-Lo primero y principal es acostumbrarnos a
valorar las pequeñas cosas de nuestra vida que son muchísimas.
-Si queremos mejorar físicamente, nos miraremos
al espejo, e intentaremos desear algo que pueda estar a nuestro alcance, porque
si eres bajita, no vale que desees ser más alta, lo que puedes hacer es pedir
consejo a gente experta y vestirte con prendas que te hagan más esbelta…..
-Diremos en alto mirándonos al espejo, nuestras
virtudes, o nuestros dones, porque al oírlo, se nos grabarán mejor en nuestro
subconsciente.
-Si conseguimos fortaleza emocional, nuestra
vida mejorará mucho, porque no perderemos el tiempo analizando cada gesto que
nos dediquen, cada mirada y cada comentario que nos hagan, intentando
descifrar por qué lo dijeron, e inventándonos posibles motivos que seguramente
estarán lejísimos de la realidad.
-Vamos a buscar dentro de nosotros motivos para sonreír,
aunque necesitemos ver en la tele una película de risa, y una vez que empecemos a reirnos, nos aficionaremos.
-Tenemos que revisar con extrema dureza nuestros
pensamientos, y antes de que se apoderen de nosotros los malos pensamientos
llenos de negatividad, cambiaremos de tema.
-Si pensamos que no vamos a poder hacer algo, inmediatamente,
cortaremos por lo sano diciéndonos.
“Siempre hay una manera “, y yo la voy a
encontrar”.
-Nuestro estado de ánimo, influirá mucho en
nuestra conducta, porque juntas forman nuestras emociones, y si estamos
contentos, veremos todo mucho mejor que si estamos enfadadas.
-Nuestro monólogo interior es importantísimo,
porque de él depende el que seamos fuertes o débiles.
-No podemos culpar siempre a los demás de todo
como los niños de párvulos, porque como decía Epícteto en el siglo I d.C “no
nos afecta lo que nos sucede, sino lo que decimos sobre lo que nos sucede”.
-Daremos las gracias por nuestra casa calentita
y acogedora en estos momentos en los que tanta gente se ve en la calle.
-Intentaremos no criticar a los demás, aunque no
sean buenos con nosotros, será mejor emplear nuestra energía para mejorarnos, y
que cada uno se arregle su propia vida.
-La gente es nuestro espejo, y a lo mejor esas
personas tan antipáticas, no reciben tampoco de nosotros ninguna amabilidad.
-Intentaremos no magnificar lo que nos pasa, por
ejemplo si se nos estropea el coche, no es ninguna desgracia, es una avería, y
si no nos viene bien arreglarlo este mes, pues lo aparcamos y vamos en
transporte público o andando que siempre es muy bueno para el corazón.
-Transformaremos nuestras exigencias en
preferencias y así todo será mucho más fácil .
-Buenas noches.