Estoy tan apesadumbrada pensando en los sucesos
de estos días, lo mismo que muchos de vosotros a los que agradezco
profundamente vuestras oraciones y solidaridad con la situación de mi amiga.
-Un día, cuando ella pueda escucharme, se lo diré,
y estoy segura de que la confortará saber que tanta gente sigue rezando por su
niño.
-He estado leyendo unos escritos que me
mandó una amiga de Gibrán Jalil Gibrán, que fue un famoso poeta
libanés, filósofo y artista (1883-1931)
Sus reflexiones y su poesía se han traducido a
más de 20 idiomas.
-Me impresiona siempre que lo leo, su manera de
hablar de los hijos, a una madre que le preguntaba lo que significaban los
hijos; por eso voy a compartir unas cuantas frases fantásticas con vosotros.
-“Tus hijos no son tus hijos, son los hijos de
los anhelos que la vida tiene de sí misma”.
-“Vienen a través de nosotras; más no de
nosotras y aunque vivan con nosotras, no nos pertenecen”.
-“Podemos darles nuestro amor; pero no sus
pensamientos, pues ellos tienen sus propios pensamientos”.
-“Podemos albergar sus cuerpos; pero no sus
almas, porque sus almas moran en la casa del mañana, que ni aún en sueños
podremos visitar.”
-“Nosotras somos los arcos por medio de los
cuales nuestros hijos son disparados como flechas vivas”.
-“Deben procurar que el hecho de estar en manos
del arquero sea para su dicha, porque así como la flecha que dispara, ama
también el arco que permanece firme”.
-“Por eso nosotras tuvimos la libertad de amar y
la oportunidad de vivir y de hacer nuestra vida”.
-Tenemos que dejar que nuestros hijos vuelen solos
del nido cuando llegue la hora, y no les deberemos reclamar para que vuelvan”.
- La mayoría de las madres somos( aunque no lo
reconozcamos), un poco posesivas, y les consideramos algo nuestro; les queremos tanto, tanto que haríamos lo que fuera necesario para evitarles
un dolor.
-Debemos ser espectadores de sus vidas, y pensar
que son mayores y responsables, pero el problema reside en que para nosotras
son y siempre serán nuestros niños.
-Así que si les pasa algo malo, siempre
encontraremos la causa remota en algo que hicimos mal, o en algo que no hicimos y que deberíamos haber
hecho.
-Nos resulta muy difícil observarles a distancia.
-A veces somos “cansinas”, dándoles consejos que
no han pedido, pero es que como les conocemos tan bien, notamos su ceño de
preocupación o su disgusto, y no podemos evitar el preguntarles.
-Tenemos experiencia y sabemos que la vida es sorprendente,
llena de alegrías pero también de profundas tristezas.
-Mirándoles a ellos, recordamos a nuestros
padres que probablemente pasaron por la
misma situación y muchas veces quisieron ayudarnos, y a lo mejor no les
dejamos, y ahora que ya no están a nuestro lado, nos acordamos y sentimos una
añoranza tremenda.
-Buenas noches.