Todos sabemos que la vida son momentos.
-Existen épocas
en nuestra vida, en las que tenemos muchísimos momentos de felicidad.
- Los momentos felices suelen ser breves, por
eso tenemos que reeducarnos, y cada vez que tengamos un momento de felicidad,
nos vamos a parar y a disfrutarlos.
- Esos momentos de felicidad, no solo duran el
instante en el que suceden, sino que sin que lo notemos, a pesar de su
fugacidad, nos transforman física,
emocional y espiritualmente.
-Es muy importante que los reconozcamos, para
que en el instante en el que sucedan, los atesoremos en ese lugar especial que
nuestro subconsciente guarda para las cosas especialmente buenas que nos pasan a
lo largo de nuestra vida, y que formarán parte de nuestra memoria positiva, y de nuestros recuerdos felices.
-Hay quien prefiere escribirlos en una lista, y
recurre a ella en momentos de tristeza o de desgana.
-También es muy bonito tener una cajita, o una
carpeta con las fotos de aquellas vacaciones tan divertidas, cartas, notas,
entradas de cine, de teatro, menús de aquel restaurante, recordatorios de eventos
que fueron inolvidables…….
- Cada uno deberemos añadir lo que signifique algo para nosotros, porque cuando pase el tiempo,
nos alegraremos de haberlos guardado.
- No sabes lo que te vendrá a la mente, a lo mejor aquellas fotos del verano con tus amigas, la celebración a las que invitaste a tus padres por tu primer sueldo....
-Paséate ahora
por tu casa, y busca objetos, o fotos, o papeles que te hagan sentirte
feliz, y mételos en tu cajita,(seguro que tienes muchos más de lo que pensabas), aunque ya lo habías olvidado.
-Una vez que tengamos claro las cosas que nos
han hecho felices, podremos estar más alerta, y nos será mucho más fácil
distinguirlas en cuanto sucedan.
-En momentos de crisis, consuela mucho cerrar
los ojos y recordar aquellos momentos, aquellos lugares, aquellas personas, los disfraces, las risas, las
experiencias, y cada vez que las recordemos, nuestro cuerpo se beneficiará de
todas las sensaciones, porque son auténticos almacenes de energía, y los beneficios
que nos aportó cuando sucedieron, harán que nuestra alma se llene de esa ternura que necesitamos y nos permitirá ver la vida de
otra manera.
-La vida no será mejor ni peor después, lo que sucede
es que los momentos de felicidad
perdidos, ya no volverán, así que vamos a procurar, no perderlos nunca más y rodearnos de alegría, amor y solidaridad, con los que nos rodean, porque son nuestros tesoros.