Siempre decimos que “si no tienes lo que te
gusta, haz que te guste lo que tienes”, por eso, si no puedes hacer lo que
amas, lo mejor es que ames lo que haces.
-La mayoría de las personas que están
descontentas con su trabajo, no se paran a pensar en lo afortunadas que son teniéndolo, ya que
en estos tiempos hay muchísimo paro.
-Es muy fácil
recitar una lista de las cosas que no nos gustan de ese trabajo, y pasar
por alto que nos proporciona un sueldo que nos permite pagar nuestros recibos,
y poder vivir bien, aunque solo sea temporalmente.
-Solemos olvidar el maravilloso dicho “Cuenta
tus bienes y no tus males.”
-Casi ninguna
cosa es tan mala o tan buena, divertida o aburrida, porque la mayoría de
las cosas tienen un 10%, de algo que
podíamos considerar malo, y un 10% de algo que podríamos considerar
buenísimo, o maravilloso o perfecto, y el resto, o sea un 80% será bueno o malo
según nuestra manera de aceptarlo.
-Las cosas que nos sucedan, encajarán en la categoría
de buenas o malas, según la manera en que las aceptemos.
-Si tu trabajo es monótono, puedes idear la
manera de competir contigo mismo para hacerlo más ameno, o cronometrar el tiempo que tardas en resolver los
problemas que surjan.
-Somos seres electromagnéticos como dice “El
Secreto”, y atraemos las cosas y las
personas que están en nuestra misma frecuencia, así que somos responsables de
nuestra vida porque nuestra actitud es la que prepara las semillas de todo lo
que nos pasará, y” quien siembra vientos, recoge tempestades”.
-A veces jugar como Pollyanna a decir solo cosas
buenas aunque no nos las creamos da buenos resultados, y la gente reacciona
positivamente al cariño, a las palabras afectuosas, y a cualquier refuerzo
positivo.
-El departamento de quejas de unos grandes almacenes, tenía fama
por su mal ambiente, ya que los empleados apenas se dirigían la palabra entre
ellos, y tenían tal cantidad de absentismo laboral debido al estrés que les ocasionaba su trabajo,
que llamó la atención de un avispado miembro de la dirección, al que se le
ocurrió una feliz idea para mejorar esa situación.
-Fue como un milagro, el departamento se llenó
de risas, y era muy frecuente que alguno de ellos se pusiera en medio, y les
dijera muerto de risa a los demás. ¡Atender a la queja que acabo de resolver!..
-¡ Menos mal que la he convencido de que nos traiga sus zapatos de
cordones, (porque se pisó un cordón), y que nosotros la regalaremos otros más seguros!…
Entonces otro se levantaba
y decía.- ¡El mío es mejor!.
-Me acaba de decir un señor que por nuestra
culpa , su mujer ha engordado 12 kg porque vendemos demasiados dulces y nos
quería denunciar.¡ Menos mal que yo lo he arreglado, regalándole un bono para
ir al gimnasio durante 1 mes….
-Así que vamos a aprender a amar nuestro
trabajo, para así ser más felices.
-Buenas noches.